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El coronavirus nos enfrenta a una nueva realidad

Las nuevas condiciones sociales, económicas y laborales que sobrevendrán a esta pandemia serán muy complejas y diferentes de las que conocíamos.



Por Clara Vega 
 
Más allá de las dificultades que encontraremos –para las cuales ya estamos trabajando y presentando proyectos de acompañamiento a los sectores más afectados–, en esta oportunidad quiero poner el foco en las posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías.
 
Durante estos días presenté un proyecto en el Senado de la Nación para que todas las empresas de telecomunicaciones dupliquen las velocidades y mejoren la estabilidad de las señales ante el colapso de estos servicios por la alta demanda durante la cuarentena.
 
Considero que esta medida debe ser tomada desde la responsabilidad institucional que les cabe a las empresas concesionarias del servicio, y el costo debe ser asumido por el Estado en defensa del derecho a la comunicación y a la información de todos los ciudadanos. También es una forma de garantizar la realización de una infinidad de actividades laborales y educativas que mantendrán en pie a muchos ciudadanos.
 
Por su parte, el sistema político no puede quedar al margen de estas posibilidades y tiene que continuar sus funciones recurriendo a las nuevas herramientas digitales.
 
Lamentablemente, mientras en Diputados están preparándose para sesionar en forma virtual, los senadores no poseemos ni siquiera una vía para presentar los proyectos a través de los cuales estamos trabajando en esta cuestión.
 
La poca o nula comunicación interna del Senado nos hace estar más expectantes de lo que publican los medios que de nuestras propias iniciativas, cuando somos el poder que Dios deberá votar el Estado de Sitio, si fuera necesario.
 
Debemos estar preparados para los tiempos que vienen y desde el Parlamento marcar aún más esa diferencia. Debemos repensar nuestra forma de trabajar: en línea y por objetivos, mientras la burocracia y el amontonamiento de gente deberán cambiar indefectiblemente.
 
Si muchos sectores económicos pueden lograrlo, el Estado no puede estar fuera de esta lógica. Este es el momento de dar ese salto cualitativo para tomar la iniciativa y poder acompañar con análisis y propuestas, tanto oficialismo como oposición, al Presidente, a quien le toca estar al frente de esta difícil coyuntura.