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09/04/20

Luego de 80 años, la tradicional empresa Dánica cerró su planta en Llavallol

En la firma productora de margarinas trabajan unas 150 personas. La medida fue dispuesta luego de que no se acatara una conciliación obligatoria.



A pesar de las distintas medidas tomadas por el Gobierno para mantener los puestos de trabajo —como el decreto de prohibición de despidos y suspensiones hasta junio, la doble indemnización o la aplicación de multas—, en un contexto de emergencia, las empresas, de todas formas, comienzan a bajar las persianas de sus plantas.

Es el caso de la tradicional marca Dánica, con unos 80 años de historia, que esta semana cerró su planta en Lavallol, en el conurbano boanerense, luego de un conflicto gremial. En ese predio, donde fue fundada a fines de la década del ’30 trabajaban unas 150 personas y se producían margarinas de origen vegetal.

“El cierre de la planta, que impacta en la comunidad en un contexto agravado por la recesión económica y por la emergencia de COVID-19, tiene su origen en un desmedido reclamo salarial de los gremios de Federación Aceitera”, señaló la empresa, que es propiedad del Grupo Beltrán, una firma cordobesa que se dedica principalmente a la faena ganadera, con ocho plantas frigoríficas. Según explicaron, los gremios exigen pautas salariales propias del mercado exportador y que resultan "excesivamente onerosas” para su actividad.

La marca Dánica nació en 1936, fundada por Christian Boll, un inmigrante danés que hasta ese momento fabricaba lácteos en Santa Fe y decidió trasladarse a la provincia de Buenos Aires a fines de la década del ’30. Ya instalado en Llavallol, comenzó a producir aceites vegetales hidrogenados para la industria de galletitas y caramelos.

En 1963, fue pionera en la fabricación de margarinas de origen vegetal, que comenzaron a venderse en panes y potes plásticos. La marca se hizo muy popular en la década del ’60 gracias a su publicidad televisiva, que repetía la frase “era para untar, era para untar...” que aún permanece en la memoria de los argentinos. En la década del ’70 sumó también la producción de aderezos, que aún continúa en una planta en Villa Mercedes, en la provincia de San Luis.

Luego tuvo varios cambios de dueños: en 2011 fue adquirida por el gigante brasileño BRF que se desprendió de la empresa siete años después. A fines de 2018, pasó a manos del Grupo Beltrán.

 

Fuente: Infobae