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24/07/20

A 55 años de la primera y resistida conversión artística de Bob Dylan

Venerado por la crítica, que lo definía como "el vocero de una generación" por sus canciones acústicas con un alto contenido social, en 1965 se presentó por primera vez con una estética y una banda eléctrica de corte rockero en el Festival de Newport de música folk, lo que le valió una estruendosa silbatina.



Esa reacción del público se convertiría en moneda corriente en los shows en vivo de esa etapa de su carrera, en la que decidió patear el tablero y experimentar una conversión artística clave en su trayectoria.

Aunque hacía pocos meses había experimentado nuevos sonidos en algunas canciones incluidas en el disco "Bringing it All Back Home", como en "Subterranean Homesick Blues" y "Maggie´s Farm"; su reciente composición "Like a Rolling Stone" y la reacción negativa de la "aristocracia" del folk a los sets eléctricos en el tradicional festival, marcaron un punto de no retorno para el icónico artista.

A partir de entonces, el Dylan que solía presentarse solo con una guitarra acústica y una armónica, y narraba historias en sus canciones que servían de guía para los grupos activistas y daba esperanzas a la "grey folk" sobre la continuidad de sus tradiciones en los jóvenes, iba a disolverse detrás de una controvertida figura pop, tal como quedaría demostrado en sus posteriores discos "Highway 61 Revisited " y "Blonde on Blonde".

Su interés por el blues y la influencia mutua surgida luego de su primer contacto personal con The Beatles en Nueva York fueron las dos caras visibles de esta transformación, pero en el fondo se trató del primer indicio del carácter artístico inasible del músico, que a lo largo de su historia transitaría caminos imposibles de vaticinar.

Fuente: Agencia Telam