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Manos que plasman origen, cultura y arte

OLTA, (Enviados Especiales). El arte en el telar de Adriana Zárate, tejedora de La Huerta en el departamento General Belgrano, y que Medios El Independiente homenajea en ella a todos los artesanos en su día.



La conmemoración se atribuye a San José carpintero, padre terrenal de Jesús, donde cada 19 de marzo se celebra la tradición y el arte de crear con las propias manos, elaborando objetos únicos y contribuyendo a ser artífices del patrimonio cultural en cada comunidad.

Por sobre Ruta Nacional 79, a 10 kilómetros de la ciudad de Olta y a 160 de la ciudad Capital, se emplaza la comunidad de La Huerta al pie del cerro Loma Blanca, donde sus pobladores, además de las tejedoras artesanas del telar, se dedican a la producción caprina, vacuna, bovina y de granja.

Preservado como un patrimonio cultural, las “Teleras” como son reconocidas a nivel regional y nacional, aprendieron la técnica del hilado a través de la transmisión del conocimiento de generación en generación, tal cual recuerda Adriana, de 46 años, madre de 2 mujeres y 1 varón y, abuela de 2 nietos, relatando con gran cariño y emoción lo aprendido de su madre, doña Nicolasa, de 63 años, ya que forma parte de su identidad.

“El telar es mi vida”, afirmó Adriana, mientras recibía al equipo periodístico que se trasladó a visitarla, a la vez que puso énfasis en resaltar que “más que una forma de sustento para mi familia, es mi pasión, porque cada dibujo y guarda me permite crear libremente, aunque también se trabaja según el motivo que me solicita el cliente por ejemplo sobre una alfombra o manta”.

“Cada vez que se hila comienza un proceso que tan solo puede explicarse desde el corazón, y siento un orgullo muy especial cuando se ve una pieza terminada y con su etiqueta”, comentó emocionada, trayendo también a la memoria que “mis comienzos como telera fueron a los 14 años creando mis propios tejidos y ya los vendía, aunque aprendí el oficio desde los 8, sentada al lado de mi madre y hoy, con 46 años, soy una mujer dichosa y feliz de lo que hago”.

Delicado proceso productivo

Adriana Zárate hizo un balance del largo proceso que comienza con la esquila de la oveja y el lavado del vellón que se les corta, tratando de obtener una sola pieza de esa lana, la que después atraviesa un primer lavado y procurando eliminar todo tipo de elementos que pudieran encontrarse, teniendo en cuenta que se trata de un animal de campo.

El tizado, rosca e hilado consisten en la limpieza a mano, donde además se abren las fibras para terminar de sacar ramitas o espinas que tuviera aún en vellón; en tanto se va armando la rosca sobre la muñeca de la mano mientras se va utilizando el huso para el hilado de la lana.

El proceso productivo continúa cuando la madeja de lana se convierte con el armado de los ovillos como paso previo a la urdimbre y el tejido. Aquí comienza a trabajarse en la estructura del tejido, donde los hilos verticales permitirán generar la trama y donde la resistencia del hilo será muy importante ya que precisa estar bien tensado.

Posteriormente se realiza el enlisado, que implica contar los hilos e ir pasando el liso (hilo de algodón con almidón) con cuatro varillas para atarlos a dos pisaderos que van a servir para ir abriendo la tela a medida que se teje y, finalmente, el tejido, siendo el telar un mecanismo que permite separar los hilos pares de la urdimbre de los impares para pasar el hilo que forma la trama.

Una vez que el hilo se pasa por el medio se acomoda con la pala, una suerte de “barredora, acomodadora o ajustadora de los hilos”, tras lo cual se intercambia la posición para repetir el mismo proceso.

“Los telares de 6 metros y criollos fueron construidos por mi esposo”, afirmó orgullosa la artesana, continuando: “Al igual que en cada casa donde hay una tejedora, a partir del corte de las maderas de quebracho colorado y garabato (árboles que forman parte de la flora autóctona) y se plantan. Cada hombre de familia se encarga, ellos construyen pero las tejedoras somos las que vamos diciendo y dando las condiciones sobre cuantos metros deben plantarse cada soporte”, ejemplificó.

Colores con productos naturales

Con gran tranquilidad, Adriana explicó cómo se logran los colores y tonalidades que luego formarán parte importante de cada pieza que se expondrá, al finalizar, en el Salón de Usos Múltiples, el que también tiene su particular historia.

Así fue destacando que “se hierve la jarilla tomando un color amarillo, la gulupa o bulucha fucsia, la corteza del quebracho colorado un rosado simple, la tusca un marrón cremita, la corteza del árbol un marrón chocolate y todas las lanas adoptan el color más suave o más intenso, según la cantidad que se coloque cuando se hierve y luego se introduce la lana para su tintura”.

La creatividad y el largo proceso de tejido tienen también su costo, como cualquier otra artesanía, aseguró Adriana.

La comercialización de cada artesanía forma parte hoy de las economías familiares y populares como también de la cultura, ya que tanto los propios artesanos a través de ferias y expos ofrecen sus productos al igual que a través de los Mercados Artesanales que forman parte de los Gobiernos provinciales, como ejemplo en nuestro país.

“Aunque ahora no es un momento donde no salen tantas ventas, por la inflación y desvalorización de la moneda, pero lo hacemos. El tejido tiene un uso indeterminado por muchos años pero el dinero hoy no alcanza, y a veces se sorprenden con el precio pero el costo tiene que ver con el tiempo, trabajo, y esmero que le pone cada telera”, afirmó.

La creatividad y amor por lo que a diario elaboran se ve plasmado en mantas, ponchos, alforjas, jerguillas, caminos de mesa, alfombras, tapices, pies de cama y carteras, entre otros productos, donde las etiquetas y logo que las identifica se encuentran imágenes de los hilos, el ovillo, los colores representativos en verde, rojo y amarillo y la forma del cerro y del salón que las cobija.

Creación del Poncho Riojano

Por iniciativa del Gobierno provincial, Adriana creó el “Poncho Riojano”, durante la gobernación de Luis Beder Herrera. Su diseño representa a la provincia; el rojo del fondo está asociado el federalismo por el que dieron la vida nuestros caudillos, en ambos lados los colores típicos de nuestra tierra y en forma paralela una guarda usada en la decoración tanto por los diaguitas como por los capayanes. Una institucionalidad que representa a La Rioja federal y que las manos creadoras de una telera del interior rural, guiadas por el corazón, dieron forma.

Acompañamiento oficial

A la charla con Medios El Independiente se sumó Nicolasa Zárate, otra de las grandes artesanas teleras con que cuenta la comunidad distante a 2 km de Ruta Nacional 79. Coincidieron en destacar el permanente acompañamiento del Gobierno provincial a través del Ministerio de Turismo y Culturas, y sus Secretarías de Turismo y Cultura para la participación en exposiciones en ferias regionales, provinciales y nacionales, muestras culturales y capacitación (mujeres y emprendedoras rurales), como en eventos en las provincias de Mendoza, Catamarca, Corrientes, Buenos Aires en Tecnópolis y Casa de La Rioja, además de festivales y fiestas como la Nacional del Poncho.