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El Gobierno no descarta incluir a una mujer entre los candidatos a la Corte Suprema

Pese a las idas y vueltas, el gobierno de Javier Milei no se da por vencido en la pelea por la ampliación de la Corte Suprema, y si bien está dispuesto a sumar nuevos integrantes, apuesta a modificar la estrategia para concretarlo.



Derrotado el plan original de nombrar a los jueces Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, idea de máxima, el Poder Ejecutivo ensaya una mayor amplitud y se muestra abierto a incluir una mujer entre las dos nuevas propuestas, como idea de mínima. 

La opción femenina configura uno de los pedidos que encarna el sector que conduce la dos veces mandataria Cristina Kirchner, que además tendrá la posibilidad de ofertar nombres para consensuar una de las vacantes, de ajustarse a los requerimientos libertarios.

Si bien por los pasillos de Casa Rosada garantizan ante la agencia Noticias Argentinas que no hay una actitud propositiva del Gobierno de encarar la negociación, como ocurrió en otros momentos del proceso, prometen que antes de las elecciones nacionales del 26 de octubre el dilema estará resuelto.

Lo cierto es que el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, alfil del asesor presidencial, Santiago Caputo, quien lleva adelante la compleja tarea de poblar el Máximo Tribunal que hoy funciona con tres miembros, mantiene diálogo fluido con varias terminales del peronismo.

En Balcarce 50, confían en que el cambio de estrategia que incluye las surgencias de la fuerza opositara, y la necesidad que tiene el peronismo de nombrar un candidato configuran un escenario favorable para el oficialismo.

 

Los nombres en danza

La apertura al diálogo tuvo lugar tras varios intentos fallidos por hacer pasar la voluntad de Milei. Sin embargo, una importante fuente con acceso al despacho presidencial aclara que uno de los nombres será violeta de pura cepa, entre los que destaca el abogado Ricardo Ramírez Calvo, de similar perfil al del fugaz cortesano Manuel García Mansilla.

El abogado de la Universidad de Buenos Aires (UBA) es además profesor de Derechos Fundamentales en la Universidad de San Andrés y colaboró con la redacción del decreto 70/2023 en el equipo que lideró el ahora ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger.

Su perfil se suma al de Ricardo Rojas, que cuenta con el total aval del mandatario que, no solo es habitué de sus obras, sino que dio el visto bueno para que reemplace a Rodolfo Barra al frente de la Procuración General del Tesoro, ofrecimiento que el letrado finalmente optó por declinar con la esperanza de cumplir su anhelo de integrar el Máximo Tribunal.

La chance de incluir a una mujer y cumplir con el cupo que tras la salida Elena Highton de Nolasco aún está vacante, siempre estuvo abierta. Activada la posibilidad de escuchar sugerencias que provengan de afuera, en la administración libertaria especifican que deberá “ajustarse a los requerimientos libertarios”.

Entre la oferta de nombres que circulan, llama la atención el de la jueza Ivana Bloch, quien desde 2011 está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional número 4. Además, se desempeñó como prosecretaria letrada del Consejo de la Magistratura de la Nación y secretaria letrada de la Corte Suprema de Justicia de la Nación

Aunque su perfil se ajusta a las necesidades de la Corte, y varias de sus posturas convencen al Ejecutivo, como sus estudios críticos del tipo penal de femicidio en el Código Penal, todavía no hay una decisión tomada.

En noviembre del año pasado, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, durante su tercer informe de gestión en la Cámara alta supo anticipar la posibilidad. “El Gobierno mandó al Senado dos pliegos y tiene que resolver. Entendemos el reclamo por la presencia de una jueza mujer en la Corte. Seguramente, será un tema que el Presidente va a considerar, en el caso de que estos pliegos no avancen”, declaró en aquel entonces.

Cumplido el plazo y tras el rechazo de la Cámara de Senadores a las nominaciones de Lijo y García Mansilla, el Ejecutivo estudia las opciones que tiene en carpeta “desde mucho tiempo”, no sin dejar de aclarar que no se trata de un tema de cupo sino de idoneidad.