
La Conferencia Episcopal Argentina emitió un pronunciamiento mediante el cual llama a la reflexión al Gobierno Nacional. Considera que la discapacidad "debería ser una prioridad ineludible de toda política pública". Además, pide evitar "actitudes y expresiones que lastiman" y "lenguajes despreciativos".
El pronunciamiento firmado por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Marcelo Colombo y demás autoridades de la comisión ejecutiva, fue difundido este viernes.
“Ante el desconcierto y el desamparo de muchos hermanos y hermanas con discapacidad, los obispos de la Comisión Ejecutiva queremos hacernos cercanos a sus dolores e inquietudes y a las de sus familias”, comienza el comunicado que se titula “las personas con discapacidad no pueden esperar”.
“El acceso a servicios esenciales como la salud, la rehabilitación, la educación, el acompañamiento profesional y los apoyos necesarios para la vida cotidiana de las personas con discapacidad se han vuelto inciertos y limitados”, describe sobre la realidad.
“El esfuerzo cotidiano de las familias que acompañan muchas veces se realiza en soledad, sin el reconocimiento suficiente de la sociedad ni el apoyo adecuado del estado. Esta realidad no es una cifra estadística, tiene nombres, rostros, historias, son niños, jóvenes y adultos que ven cercenados sus posibilidades de desarrollo, participación e inclusión plena”, señala.
Por otra parte, manifiestan que “nos sorprende constatar el desconocimiento y desinterés hacia la realidad de la discapacidad, la cual debería ser una prioridad ineludible de toda política pública”.
Junto a esto, la Conferencia Episcopal hizo un fuerte llamado “a la reflexión a quienes, desde el ámbito del gobierno nacional deben apoyar con los recursos necesarios para que el área de discapacidad pueda cumplir con responsabilidad y eficacia su tarea”.
“El cuidado de las personas con discapacidad no puede ser postergado ni subordinado a otras urgencias, es un deber ético, una exigencia de justicia y un acto de humanidad”, afirman.
Asimismo, se refieren a que “frente al dolor y la angustia de tantos hermanos y hermanas, deberían evitarse actitudes y expresiones que lastiman, esos lenguajes despreciativos, por momentos no exentos de crueldad que atentan seriamente contra aquella unidad que tanto necesitamos como pueblo, para ponernos la patria al hombro, para salir adelante”.
Por último, en un mensaje al colectivo de la discapacidad, señalan que “nos ponemos a disposición en cuanto podamos ser útiles desde nuestro lugar de servicio”.