¿Cómo piensa Javier Milei crear trabajo y producción en la Argentina si no existe una sola medida nacional orientada a ese objetivo? La respuesta no está en el futuro: está en el presente que ya vivimos. La desindustrialización avanza, el empleo se destruye y el aparato productivo nacional se apaga provincia por provincia. No es una crisis aislada ni una mala racha: es un modelo económico.

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Por Universidad Popular La Rioja

La Argentina atraviesa una crisi generalizada de pérdida de puestos de trabajo y de capacidad productiva instalada. Así lo demuestra el informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que releva datos oficiales de empleo y actividad productiva por provincia y confirma que, desde fines de 2023 y a lo largo de 2024 y 2025, el país ingresó en una fase de contracción económica profunda, con cierres de unidades productivas, caída del empleo registrado y paralización industrial.

No todas las provincias parten del mismo lugar, pero todas están siendo golpeadas. El informe de CEPA señala que la crisis no es homogénea, aunque sí transversal y estructural: cae el empleo formal, se desploma la producción y se reduce el uso de la capacidad instalada en todo el territorio nacional. Las provincias con mayor peso industrial y aquellas con economías más frágiles pagan el precio más alto, profundizando desigualdades históricas y debilitando la soberanía productiva.

En este contexto La Rioja enfrenta el desafío de no resignar su derecho al desarrollo, al empleo y a la soberanía productiva. Defender el trabajo local y sostener la producción es cuidar el futuro

Porque cuando se destruye trabajo, no se “ordena” la economía: se desarma la Nación. Y cuando no hay industria, no hay desarrollo posible, no hay federalismo real ni futuro para los pueblos. Lo que está en discusión no es un número ni una planilla: es qué país queremos ser y para quién gobierna el poder económico que hoy conduce el Estado.

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