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05/10/22

"Los discursos de odio ofrecen certezas y posibilidad de descarga de frustraciones"

Así lo indicó Lucía Wegelin, licenciada en Sociología y Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires, quién se refirió al taller que brindó días atrás en la Usina de Industrias, referido a los "Discursos de odio como límite para el desarrollo. ¿Cómo operan en los medios?".



Wegelin en contacto con Medios El Independiente precisó sobre la capacitación, “me resultó interesante que me invitaran, porque darle un espacio a la reflexión sobre las condiciones como sociales y políticas en la que el desarrollo es posible, me parece importante que se piense incluso desde la Secretaría de Industria. Hay una puesta interesante a pensar un poco en la complejidad desde el contexto en el que un proyecto puede llevarse adelante”.

Añadió que forma parte de un equipo de investigación, “desde el 2011 que trabajamos sobre Ideologías Autoritarias y hace dos años, fundamos un laboratorio en la Universidad de San Martín para enfocarnos de algún modo en las incidencias de las redes sociales sobre esas ideologías autoritarias que estudiábamos. Ahí comenzamos a pensar en torno al concepto de odio. Construimos una encuesta, un índice de odio, lo medimos a nivel nacional. El trabajo de campo fue en el 2020 y principio del 2021. Ahora estamos realizando una segunda etapa del trabajo”.

Durante la entrevista, Wegelin apuntó al crecimiento de las redes sociales y su incidencia en este tipo de discursos. “La pandemia profundizo un estado de fragilidad social que hacen  que los sujetos se encuentren más necesitados de buscar certeza de algún modo y los discursos de odio ofrecen certezas y posibilidad de descarga de una serie de frustraciones con la que se encuentran los sujetos hoy en Argentina. Atravesada por la crisis económica y pospandemica que hacen que tengan más pregnancia”.

La profesional manifestó sobre la posibilidad de la desaparición de estos mensajes de odio, “que desaparezcan es imposible, hay un mínimo margen que las democracias tienen. Lo que pasa en la democracia argentina contemporánea están en un grado creciente y mucho más arriba de una aceptación. Hay que visibilizar esto como un problema de la democracia. Que disminuyan no podría producirse con una regulación exigente o prohibitiva. Socialmente existen. Prohibir que se enuncien no resuelve el problema”.