En los primeros meses del gobierno de Javier Milei, los trabajadores formales han experimentado una alarmante caída en su poder adquisitivo, según revela el índice Ripte, que mide la variación nominal de los salarios y es publicado por la Secretaría de Trabajo. En enero, esta caída alcanzó casi un 21%, dejando a muchos empleados por debajo de la línea de pobreza.

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Durante el mes de enero, los ingresos de los trabajadores registrados aumentaron apenas un 14,7%, muy por debajo del aumento de la inflación, que llegó al 20,6%. Como resultado, el ingreso promedio de los trabajadores formales se situó en $555.269,16, lo que significa que quedaron $41.554 por debajo de lo requerido para no ser considerados pobres, según el INDEC.

Esta situación se agrava si se considera el comportamiento de los salarios en meses anteriores. En diciembre, la remuneración promedio había alcanzado los $484.298,40, lo que representa un aumento del 8,9% frente a una inflación del 25,5%. Esta tendencia descendente preocupa a los analistas, quienes señalan que el salario real está llegando a niveles preocupantes.

El centro de estudios CIFRA de la CTA y el Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma han destacado la magnitud de esta crisis salarial. Según CIFRA, el salario real promedio registrado ha perdido el 21,3% de su capacidad de compra en enero en comparación con noviembre de 2023. Además, Luis Campos del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma señala que el salario medido a través del Ripte cayó un 20,7% en términos reales durante los primeros dos meses de la gestión de Javier Milei.

Estas cifras reflejan una situación alarmante para los trabajadores formales, quienes ven cómo su poder adquisitivo se erosiona rápidamente, poniendo en peligro su calidad de vida y la estabilidad económica de sus familias.

 

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