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La patria no se une con quienes la venden

El tiempo de las máscaras ha terminado. Ya no alcanza con escudos de fantasía ni siglas vacías que buscan encubrir las contradicciones de clase y los pactos con el enemigo. Ni Frente para la Victoria, ni Unión por la Patria: la victoria es del pueblo o no es victoria. La patria no se une con quienes la venden.



Por Martín Illanez

La realidad es clara y brutal: hay dos trincheras. De un lado, el Peronismo, con sus banderas de justicia social, soberanía política e independencia económica; del otro, el antiperonismo, en todas sus formas: liberal, cipaya, reaccionaria o pseudo-progresista. No hay centro posible entre la entrega y la resistencia.

Ser peronista hoy no es repetir liturgias vacías, ni prestarse al juego electoral de quienes negocian con nuestra sangre. Ser peronista es estar con los trabajadores, con los humildes, con los caídos, con los que luchan, aunque duela.

La historia nos llama. Basta de etiquetas marketineras que diluyen la lucha. Basta de esconder el nombre de Perón para agradar a los que siempre odiaron al pueblo. El peronismo es una causa revolucionaria, no una franquicia electoral.

Pongamos fin a las pantallas. Dejemos de mendigar lugares en estructuras prestadas. Construyamos desde abajo, desde el barro, desde las unidades básicas, el movimiento nacional que la patria necesita.

¡Porque como dijo el General: la única verdad es la realidad, y la realidad grita que hay una sola disyuntiva: peronismo o antipatria!