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Los cinco golazos que sacudieron el Mundial de Clubes 2025 hasta ahora

El Mundial de Clubes 2025 está a puro fuego y fútbol. Esta edición recargada del torneo que organiza la FIFA no solo reparte una fortuna en premios, mil millones de dólares, nada menos, sino que además corona al verdadero campeón del mundo. Y si algo no falta, es calidad: jugadores de todos los rincones la están rompiendo, dándole sentido a la apuesta de la FIFA de hacer de este certamen algo realmente global.



La emoción también se juega afuera de la cancha, donde muchos usan el bono de bienvenida bplay para sumarse a la fiebre del fútbol con apuestas que levantan la adrenalina. Todo esto en medio de una ola de calor que aprieta fuerte, con más de 36 grados en varias sedes. Pero ni el calor para a los cracks, que siguen regalando perlitas inolvidables.

Los golazos de la fase de grupos

Para que nadie se pierda detalle, este es el resumen claro de los cinco goles que han marcado la fase de grupos:

La obra de arte de Messi

El 19 de junio, Leo Messi volvió a hacer de las suyas en el triunfo 2-1 del Inter Miami frente al Porto. Minuto 54, tiro libre al borde del área, y el zurdazo del rosarino se clavó en el ángulo derecho. Un golazo con sello propio.

Marcelo Weigandt, su compañero, lo dijo clarito: “extraordinario”, y agregó que ya están acostumbrados a estas genialidades. Fue el primer gol de Messi en esta versión extendida del torneo. A los 37, el tipo sigue pintando cuadros en cada cancha que pisa.

Echeverri, la joyita que brilla

El 22 de junio, Claudio Echeverri, con apenas 19 años, metió un golazo en la goleada 6-0 del City sobre Al Ain. En su primer partido como titular, clavó un tiro libre con una rosca tremenda. Era el minuto 27 y ya todos hablaban de él.

Pep Guardiola lo elogió sin vueltas: “coraje y calidad”. Fue el segundo argentino en meter un gol de tiro libre en el torneo, y dejó claro que las nuevas generaciones vienen afiladas. El Diablito empieza a hacerse nombre propio entre los grandes.

La zurda afilada de Olise

El 15 de junio, en el paseo 10-0 del Bayern Múnich a Auckland City, Michael Olise dejó su firma con un bombazo de zurda desde afuera del área que se metió junto al palo. Fue el sexto del partido, pero se llevó todos los flashes. Terminó con doblete y premio al mejor jugador.

El partido mostró la diferencia entre un gigante y un equipo amateur, sí, pero el gol de Olise fue un lujo aparte. Vincent Kompany, DT del Bayern, explicó que la goleada no fue capricho: los goles cuentan y mucho para la tabla. O sea, belleza y estrategia en una sola jugada.

Ribeiro bailó a todos

Lucas Ribeiro, del Mamelodi Sundowns, armó una jugada espectacular ante el Borussia Dortmund, en el partido que terminó 4-3. Minuto 11: arrancó en mitad de cancha, se sacó dos tipos de encima y definió mano a mano frente a Gregor Kobel. Un golazo que dejó sin palabras hasta a los alemanes.

“Salimos a jugar de igual a igual”, dijo después. Y vaya si lo hicieron. Este gol dejó claro que los equipos africanos tienen con qué pelearle a cualquiera.

Misil tunecino de Ben Romdhane

El 23 de junio, Mohamed Ali Ben Romdhane metió un zapatazo infernal en el empate 4-4 entre Al Ahly y Porto. Minuto 64, derechazo desde la medialuna, y la pelota que se clavó en el ángulo. Inatajable.

Fue un partido cargado de goles y desatenciones defensivas, pero también de emoción. Aunque los dos equipos quedaron afuera por diferencia de gol, este tanto fue una de las joyitas del torneo. Si algo sobra en esta copa, es espectáculo.

Y esto recién arranca…

El Mundial de Clubes 2025 ya dejó perlitas para guardar. Argentinos, franceses, brasileños y tunecinos se roban las miradas, cada uno desde su club y su continente. La FIFA parece haber acertado con el nuevo formato: más equipos, más partidos y más emoción.

Se vienen los octavos de final el 28 de junio, cuartos el 4 y 5 de julio, semis el 8 y 9, y la gran final el 13. Lo mejor, seguramente, está por venir. Porque al final, lo que hace grande al fútbol son esos segundos en los que todo se detiene… y la pelota entra donde nadie la esperaba.