
La primera transmisión se realizó el 27 de agosto de 1920 por una aventura de Los locos de la azotea. Cuatro estudiantes de medicina pusieron al aire la ópera Parsifal, de Richard Wagner, desde el techo del Teatro Coliseo de Buenos Aires. Alejandro Apo, Guillermo Stronati, Gabriela Radice y María Isabel Sánchez evocan la radio de ayer y hoy.
A 93 años de aquella “Locura”. Fue el 27 de agosto de 1920 cuando la Sociedad Radio Argentina, efectúa en Buenos Aires la primera transmisión radiofónica, considerada, por muchos, como la primera emisión de radio programada de la historia, ya que todas las anteriores tenían un carácter experimental. Se conmemora hoy en nuestro país el Día de la Radio.
El 27 de agosto de 1920 la Sociedad Radio Argentina efectuó en Buenos Aires la primera transmisión radiofónica, considerada la primera transmisión programada de la historia, ya que todas las anteriores tenían un carácter experimental. La emisión se realizó desde la terraza del Teatro Coliseo de la Ciudad de Buenos Aires y el grupo de pioneros estaba compuesto por el médico Enrique Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica. Los autores de la hazaña técnica y artística fueron el médico Enrique Telémaco Susini, junto con sus discípulos y amigos, los estudiantes Miguel Mujica, César Guerrico y Luis Romero Carranza, todos fascinados por los últimos descubrimientos e inventos sobre las ondas hertzianas. Con un pequeño micrófono, un transmisor de escasa potencia y las antenas en los techos del teatro Coliseo de la ciudad de Buenos Aires lograron el objetivo, que fue difundir la obra “Parsifal”, de Richard Wagner.
Así se puso en marcha Radio Argentina, la primera emisora del mundo, que marcó el punto de partida para la radiodifusión de nuestro país. Otro 27 de agosto, el de 1968, la Sociedad Argentina de Locutores rescató del olvido ese hecho y les tributó un homenaje en vida a tres de ellos (ya había fallecido el Dr. Guerrico) y colocó una placa de bronce en el foyer del Teatro Coliseo que perpetúa la memoria de los pioneros de la radio. En esa oportunidad la SAL hizo pública la iniciativa de instituir a esa fecha como Día de la Radiodifusión Argentina, que con el apoyo de distintos sectores de la sociedad culminó en 1970 con el reconocimiento oficial a través de un decreto del Poder Ejecutivo Nacional.
Hoy, a 93 años de aquel acontecimiento histórico, la Sociedad Argentina de Locutores en el año de su 70 Aniversario, rinde homenaje a los “locos de la azotea” como se denominó a los Dres. Enrique T. Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel F. Mujica, precursores de la radiodifusión argentina. Que su ejemplo cunda en momentos en que se debate la total y definitiva aplicación de la ley 26522, mientras redoblamos nuestro esfuerzo para que se respeten nuestras incumbencias y se profesionalicen las comunicaciones, con trabajo registrado y decente.
A pesar de los cambios tecnológicos, la radio sigue siendo un medio confiable, accesible y presente en la vida cotidiana. Ya sea a través de un receptor tradicional, una computadora o un teléfono móvil, su esencia sigue intacta: informar, entretener y acompañar. Hoy, es una oportunidad para celebrar su legado y su capacidad de adaptación. La radio no solo ha resistido el paso del tiempo, sino que ha sabido transformarse y continúa siendo uno de los medios de comunicación más accesibles en todo el mundo.
Palabras al aire
“Señoras y señores, la Sociedad Radio Argentina les presenta hoy el Festival Sacro de Ricardo Wagner, Parsifal, con la actuación del tenor Maestri, el barítono Aldo Rossi Morelli y la soprano argentina Sara César, todos con la orquesta del teatro Costanzi de Roma, dirigida por el maestro Félix von Weingarten”.
Estas fueron las primeras palabras que el argentino Enrique Susini pronunció frente a un micrófono de radio. Eran las nueve de la noche del 27 de agosto de 1920. Y aunque a esa primera transmisión la escucharon menos de 100 personas, marcaría un hito en la historia de la radiofonía mundial y cambiaría para siempre la vida cotidiana de los argentinos.
Fue tan grande el entusiasmo de aquellos oyentes que los conciertos continuaron con las óperas Aida, Iris, Rigoletto y Manón, y se extendieron al escenario del Teatro Colón. Al tiempo se sumaría la transmisión de noticias.