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Hambre vs. flirteo yanqui

El programa del Gobierno nacional de equilibrar la macro, y dentro de ella priorizar las finanzas, hace agua y no encuentra forma de parar el dólar ni el valor de bonos, tasas, acciones. Insiste en que así estabilizará la economía, fomentará el crecimiento y vendrá la disponibilidad de bienes y servicios.



El presidente Milei lo repite con total desparpajo, sin inmutarse siquiera, aunque tales objetivos están atentando contra una vida digna de los argentinos -muchos hasta la pierden- tras la licuación de los ingresos en dos años, pérdida de sus fuentes laborales, pensiones, cobertura médica y rehabilitación en sectores vulnerables como los discapacitados, desfinanciación de las universidades o quita de medicamentos a jubilados, entre tantos ejemplos. Todo eso sin contar la destrucción de la industria nacional con la apertura de las importaciones, el cierre de pequeñas y medianas empresas con la caída del consumo, la recesión económica y la suspensión de la obra pública y mantenimiento de las rutas nacionales por nombrar solo algunas consecuencias.

El descaro del presidente Milei llegó a tal punto de responderle a un periodista: "¿Cómo quiere que lo arregle?", cuando le dijo que la gente no llega a fin de mes. Antes había dicho que no emitirá pesos como hace el peronismo, porque es más inflación y miente con cifras siderales, solo para justificarse.

Milei tampoco relaciona que la política económica que lleva adelante ha despilfarrado tal cantidad de dólares que esta columna ha venido registrando desde el mismo inicio de su mandato hasta esta última incursión por Estados Unidos en busca de más divisas. Por intereses geopolíticos más que financieros, EEUU respondió positivamente el pedido de ayuda al extremo de intervenir directamente en el mercado cambiario argentino con promesas de una cantidad tal de dólares que luego Argentina no sabrá cómo devolver.

El mercado no le responde

Desde el regreso del país del Norte, no pasó ni una semana, -apenas unos pocos días-, cuando el mercado argentino que parece no temerle ni a EEUU, le respondió con sus propias reglas, tanto que el equipo económico no consiguió frenar la escalada del dólar, en todas sus expresiones financieras. No se trata de incertidumbre política ni de nerviosismo electoral las que anularon hasta la intervención del Tesoro norteamericano en el control de la divisa sino otras causas que provocan la crisis que vive el país.

El problema está en el modelo económico, no en un posible triunfo del peronismo este próximo domingo 26. Lo que ocurre hoy, sobre todo la especulación financiera y la ganancia para unos pocos, ocurre cada vez que la derecha liberal, neoliberal o libertaria logra gobernar este país -antes previo golpes de Estado- hoy legitimados por el voto democrático.

No es “riesgo kuka” como repite el presidente libertario ni como dijo en la Casa Blanca que los problemas de liquidez que sufre Argentina en los mercados son "ataques políticos" de la oposición, más cuando esa oposición se sostiene en una frágil mayoría que le rechazó vetos, que modificó decretos de necesidad y urgencia o que cita a funcionarios a dar explicaciones.

Expertos económicos también apuntan a otras causas. Quienes adhieren al modelo liberal sostienen que el mercado respondió negativamente porque no tiene confianza en la gestión, porque descree del valor actual del dólar y espera de una devaluación. Otros coinciden con la ex presidenta del peronismo, que reitera constantemente la falta de dólares, dólares genuinos no en calidad de préstamo. Por eso el peronismo propone un impuesto del 3,5% a las transferencias al exterior para frenar la fuga de capitales y financiar servicios públicos.

La falta de confianza se sostiene además en que el apoyo estadounidense dependerá de un triunfo del oficialismo en las elecciones legislativas del próximo domingo cuestión que algunos consideran improbable. Mucho tiene que ver también la contradicción ideológica del gobierno de Milei que insiste en el mercado regulador de toda actividad y a la vez mantiene el "cepo parcial" al dólar.

Especulan con monedas

Queda pendiente y en un mar de dudas, las verdaderas intencionalidades de la intervención de EEUU más allá de una posición geopolítica para usar a la Argentina como aliada en Latinoamérica sumado a las múltiples gestiones de Trump en países en guerra para recuperar el liderazgo en el mundo y tener dominio sobre sus recursos. Otra duda, más allá de los intereses en los recursos de Argentina, está en la intervención personal del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, porque pertenece a un grupo de operadores de mercado conformado por financistas globales, bancos de inversión y empresarios locales que actúan desde los centros de poder económico en riesgosas apuestas sobre monedas y activos financiero de países poderosos, emergentes o en crisis para hacer caer sus monedas o valorizarlas, siguiendo una vieja regla económica “comprar acciones cuando hay sangre en las calles” obteniendo siderales ganancias.

En el otro extremo está el empresariado argentino que sabe que no solo debe vivir de la especulación financiera, sino que tendrá que apostar a la reactivación económica en algún momento. Seguirán creyendo en Milei en tanto y en cuento se concreten las

prometidas reformas fiscales, laborales y previsionales.

Qué hará la política

A este panorama se suma, el rol que tendrá la política partidaria y que se definirá este domingo con el voto del electorado. Las posiciones están más que claras, los que no terminan de decidirse son los ciudadanos que se debaten entre lo que proponen los partidos más la fuerte presencia de los medios de comunicación y ahora, las redes sociales, más predispuestos a difundir falsas dicotomías o denuncias infundadas. Tampoco descartar la decepción que sufrió el electorado con promesas incumplidas de transparencia, honestidad y responsabilidad por parte de gobiernos de distintos signos políticos que terminan envueltos en casos de corrupción, privilegios e ineficiencia.

Todo eso influenciará en el resultado de los comicios hasta ahora polarizados entre peronistas y libertarios. El peronismo no alcanzó la unidad de identificación en todas las provincias, pero sí en el objetivo de frenar a Milei y apela a resistir hasta la culminación de su mandato, aunque cierta militancia le pide más acción. El discurso es siempre justicia social, con posturas disímiles algunas más cerca de la derecha y otros de la izquierda. Ninguno de los dos sectores tiene respuesta sobre cómo solventar esa justicia social a futuro cuando Argentina deberá afrontar el pago de enormes deudas con acreedores externos y ahora EEUU.

En el otro polo político, los libertarios con un líder que solo propone menos Estado pero que no tiene respuesta para sus militantes menos imbuidos de las propuestas de la Escuela Austriaca que no terminan de comprender cómo atender los problemas sociales sin la presencia del Estado. La Rioja es ejemplo de ello con la participación de cuatro partidos libertarios paralelos que además de escindirse de LLA por no estar de acuerdo con los candidatos reclaman con otras palabras justicia social. “Una mirada más humanística” llegó a calificar un candidato riojano ultraliberal que adhiere a Milei, pero le marcó esa falla. Evidencia que los problemas de la provincia no están centrados solo en la corrupción del gobierno como sostiene LLA sino en cómo se distribuyen los ingresos nacionales.

En el medio de la disputa electoral, transita Provincias Unidas, una alianza de gobernadores y partidos políticos que provienen de tres grandes sectores partidarios de la Argentina: Propuesta Republicana (PRO) liderado por el ex presidente Macri (también tiene un pata aliada a LLA); el peronismo cordobés encabezado por el ex gobernador Schiaretti con orientación más a la derecha; gobernadores del radicalismo, dirigentes díscolos del peronismo entre ellos dos ex integrantes de gobiernos riojanos del PJ, el ex ministro Rubén Galleguillo y el ex vicegobernador Néstor Bosetti, la Unión Cívica Radical nacional oficial liderada por Martín Losteau con la participación en la estructura partidaria de la ex intendenta y ex senadora nacional, Inés Brizuela y Doria (otros radicales son funcionarios de LLA en el ministerio de Seguridad con Bullrich). Suman al socialismo y otras agrupaciones de diversas orientaciones. Esta alianza está sostenida por el voto cordobés, a nivel provincial es mayoría hasta ahora porque una de las aliadas, la diputada nacional Natalia de la Sota buscará su reelección por el espacio “Defendamos Córdoba”, un nombre más cercano al peronismo kirchenerista y quintelista. Esa identificación pone en evidencia la cercanía de los gobernadores con Milei a quien le aprobaron todas las leyes que ahora le cuestionan, actitud que siembra desconfianza entre quienes pretenden votar por fuera de la polarización.

Interna local

En estos días, a una semana de las elecciones, la campaña electoral riojana cambió el enfoque. En el peronismo apareció el internismo local, tras sostener un discurso único de frenar a Milei y responsabilizarlo de la pérdida de derechos. Ahora se dividió, no tanto en Capital donde las listas son pocas y los cargos muchos por eso quienes las encabezan tienen casi asegurado un lugar.

En cambio, en Rosario V. Peñaloza (Chepes) y en Felipe Varela (Villa Unión) con tres cargos en disputa y muchas listas la campaña viró a acusaciones de corrupción y otras hierbas locales. Las redes ni distinguen denuncias falsas y verdaderas. Algunas desopilantes. Más o menos lo mismo ocurre en Sanagasta con muchas listas y un solo cargo. Menos conflictivo es el panorama en Castro Barros (Aminga) y Vinchina porque prevalece el anonimato para criticar candidatos. En todos estos departamentos, el resultado marcará la continuidad o el cambio del dominio de un sector político.

Entre listas libertarias, recrudecieron las críticas internas por sobre la defensa de sus ideas. En otros partidos como Provincias Unidas y UCR volvió el ataque directo a la gestión de Quintela y lo que harán contra él si acceden a los cargos en disputa.