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28/08/21

Abel Bazán y Bustos: Gran impulsor de la obra de la Iglesia Catedral

Juan Abel Bazán y Bustos, destacado religioso riojano. Nació en Tama, departamento Ángel Vicente Peñaloza, el 28 de agosto de 1867. Fue uno de los grandes impulsores de la obra de la Iglesia Matriz y de la devoción a San Nicolás; se abocó incansablemente para dotar a su provincia de un templo digno.



Juan Abel Bazán y Bustos, destacado religioso riojano. Hijo de Don Eleuterio Bazán y de Doña Rosa Bustos, Abel Bazán y Bustos nació en Tama, departamento Ángel Vicente Peñaloza (La Rioja), el 28 de agosto del año 1867. Fue bautizado con el nombre de Juan Abel, no habiendo utilizado nunca su primer nombre.

Hizo sus primeras letras en La Rioja, ingresó en el Seminario Conciliar de la provincia de Córdoba. Posteriormente se trasladó a Roma, donde cursó estudios en el Colegio Pio Latino. Se doctoró en Filosofía en la Universidad Gregoriana, y luego de ordenarse como sacerdote, en 1893, regresa a la Argentina.

En 1897 el ilustre presbítero riojano es nombrado Vicario Foráneo de La Rioja, cargo que desempeñó a lo largo de doce años, dedicando la mayor parte de sus afanes a acelerar los trabajos y bregar así por la habilitación de la nueva Iglesia Catedral.

El Monseñor Bazán y Bustos fue uno de los grandes impulsores de la obra de la Iglesia Matriz y de la devoción a San Nicolás; comprometido con la difícil tarea, se abocó incansablemente para dotar a su provincia de un templo digno.

Luego del terremoto del 27 de Octubre de 1894, que destruyera las Iglesias Matriz y de San Nicolás en la ciudad de La Rioja, se resolvió por decreto del Obispo Fray Reginaldo Toro, la construcción de un solo templo y colocar en él como “titular”, la imagen del venerado Patrono “San Nicolás de Bari”.

“Desde el momento en que fui nombrado Cura Rector y Vicario Foráneo de La Rioja, mi idea dominante fue dar cuanto antes principio con los trabajos de la nueva Matriz que deberá reemplazar a la de madera…” (Extracto de la nota de Mons. Abel Bazán y Bustos del 22 de abril de 1898 al Obispo de Córdoba Fray Reginaldo Toro).

También debemos recalcar su prédica constante, teniendo importante gravitación en la decisión papal para la coronación como Santo Patrono de La Rioja a San Nicolás de Bari. Estudioso eclesiástico y de la historia Patria, fue un brillante orador en La Rioja, Paraná y Buenos Aires.

En 1910 el religioso riojano es elevado a la dignidad de Obispo de la Diócesis de Paraná. Su lema episcopal fue “ERAT SUBDITUS ILLIS” (ERA SUMISO A ELLOS).

De espíritu inquieto, investigador y de una vastísima cultura, viajó por Europa, Egipto y Palestina, entre otros. Resultado de las observaciones y experiencias de estos viajes, es su obra principal “Aromas de Oriente”, prologada por su coterráneo, el Dr. Joaquín V. González.

Entre sus publicaciones más destacadas, podemos citar las siguientes:

a) “Laudes” de Emilio Zola, edición 1895.

b) “Aromas de Oriente”, edición 1905.

c) “La Vida de San Nicolás de Bari” y apuntes históricos sobre su milagrosa imagen que se venera en La Rioja, editada en 1907.

d) “La Eucaristía”, edición 1916.

e) “Arte”, edición 1919.

f) “Aromas de América”, edición 1920.

g) “Biografía del código de Honor del Dr. David Luque”, edición 1922.

El Monseñor Abel Bazán y Bustos se convirtió en un estudioso de las Ciencias Sagradas, de las Humanidades, especialmente la Historia y la Literatura, y un fino observador de las distintas manifestaciones del arte clásico.

Más allá de su profunda vocación religiosa y de su formación en el mismo sentido, realizada tanto en la Universidad de Córdoba como en Roma, donde vivió aproximadamente durante 10 años, también se destaca su carácter de humanista.

Era un hombre conocedor de arte (su afición a la pintura lo llevó a la organización de una sala con cuadros valiosísimos en el palacio episcopal de la ciudad de Paraná), de literatura y sociología, fuertemente comprometido con las causas sociales.

Fue influido por las medidas renovadoras que había llevado adelante León XIII, luego de la bula Rerum Novarum (“De las cosas nuevas” o “De los cambios políticos”; constituye la primera encíclica social de la Iglesia católica), cuando él se ordenaba sacerdote en la ciudad italiana de Roma, trasladando esas importantes iniciativas tanto en La Rioja como en Paraná.

Incluso tuvo una trascendente injerencia en la creación de cajas rurales, el periodismo católico, las colectas nacionales, y la concreción de barrios obreros entre los años 1922 y 1926.

Abocado exclusivamente a la tarea de repatriar los restos del prócer Pedro Ignacio de Castro Barros, fallece en Buenos Aires el 25 de abril de 1926.

FUENTE Proyecto de resolución presentado en la Cámara de Diputados de la Nación en 2017 al cumplirse 150° aniversario de su nacimiento.