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08/06/22

Reflexión: Caminar en el conocimiento

El verdadero caminante sabe a dónde su corazón lo quiere llevar. Ha pasado muchas vivencias de dolor y esas marcas las lleva con orgullo en su andar.



Toda su experiencia de viajero siempre la estará compartiendo con aquellos caminantes que encuentre en su ruta. Siempre avanzará sin preocupaciones porque ha descubierto que los problemas son solamente enseñanzas, que una vez aprendidas jamás las volverá a encontrar.

El verdadero caminante sabe que no debe detenerse a mirar hacia atrás, eso sería como perder el tiempo y el tiempo es tan valioso como para perderlo en cosas que ya no se pueden remediar. Andará por su camino rompiendo con todas las limitaciones antiguas y esos patrones mentales obsoletos que muchas veces no te dejan avanzar. Llevará sus propias luces y alumbrará el camino de todo aquel que lo necesite. Llevará de estandarte el amor universal como único medio de hermandad.

¿Cómo conocer un caminante?

A través de su sonrisa, por su andar tranquilo, por su mirada franca y sincera, por su amor que se siente a la distancia. Por lo general es bien querido por los niños y no suelen recibir ladridos de los caninos. Es un ser tan agradable que pasarías horas con su compañía.

Si alguna vez te encuentras con un caminante acércate a el y aprende lo más que puedas, él no escatimará en enseñarte todos sus conocimientos, que sin duda hará que tu vida sea mejor llevadera. Se lo puede confundir con un maestro de la vida, pero solo es un caminante del conocimiento. De hecho todos podemos llegar a serlo, solo tenemos que proponerlo y comenzar a aprender de las cosas simples de la vida, de nuestros problemas y de los problemas de los demás.

El mensaje de los verdaderos caminantes del conocimiento cuya esencia es  trascenderse a sí mismos sin más y observándolo todo desde la celebración cuando puede ver que cada hermano/a  logra habitarse y compartirse desde su auto maestría en amor...

Gracias a ustedes queridos lectores que leen desde el corazón todo regalo que se les comparte quitándose del lugar del falso empoderamiento.

Que tengas un maravilloso día y recuerda sonreír.

Buen Camino, feliz vida y un feliz andar.

¡SAWABONA!

(yo te respeto, yo te valoro, eres importante para mí).