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Cuasimonedas de 1986 con Menem y de 2001 con Maza

Dos bonos, distribuidos en la población riojana, se crearon en la provincia. El primero fue en 1986 bajo el gobierno de Carlos Menem a través de la ley 4534. El segundo fue con Ángel Eduardo Maza como gobernador, tras la crisis económica de 2001. Hubo otros bonos o certificaciones pero con circulación restringida.



Con la denominación de Bono Cancelación de Deuda (BOCADE) tenían la figura de Facundo Quiroga y se distribuyeron con el formato de billetes 0,50; 1; 5, 10 y hasta 50 mil australes, denominación de la moneda argentina durante el mandato de Raúl Alfonsín.

Tal como lo sostiene, una investigación del Instituto de Estudios Economicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) las cuasi monedas que las provincias crearon tras la hiperinflación del gobierno de Alfonsín y la crisis con De La Rúa en el 2001, fueron producto de la “situación de extrema gravedad fiscal y financiera”. El instituto es crítico, desde una visión liberal, de las cuasi monedas pero reconoce que no hay alternativas para sanear finanzas o hacerse de recursos ya que la contraparte es ajuste o alza de impuestos por eso los bonos son una alternativa.

En el 2001

La grave crisis generada durante el gobierno radical de Fernando de la Rúa obligó al entonces gobernador Angel Eduardo Maza a emitir otra vez Bonos de Cancelación de Deudas mediante la ley 7.715 con billetes de dos a 50 pesos.

Por entonces pusieron en circulación bonos, la mayoría delas provincias, de las más pobres a las más desarrolladas. En Córdoba se llamaron CECOR y LECOR; PATACON en Buenos Aires;  PETROM en Mendoza, incluso a nivel nacional estuvo el LECOP. Estos para el año 2003 estuvieron en proceso de rescate con ayuda de la Nación, especialmente en casos en que hubo emisión excesiva.

Las leyes establecían la emisión de BOCADE para ser aplicados al pago de deudas del Estado provincial a los organismos descentralizados, entidades autárquicas, empresas y sociedades del Estado. La administración central, los municipios, las entidades descentralizadas, las entidades autárquicas y las sociedades o empresas del Estado aceptarán obligatoriamente los bonos creados en la cancelación total o parcial de sus créditos en dinero, sea cual fuere la causa de los mismos.

Estos bonos que los riojanos tuvieron que recibir como parte de sus salarios tuvieron rápida aceptación, incluso por el comercio local que los uso, como también los ciudadanos para pagar impuestos, tasas o servicios con lo cual el Estado los podía rescatar en tiempo prudencial.