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Donaciones para la Colecta de Cáritas se reciben en parroquias de la Diócesis

Bajo el lema "Sigamos organizando la esperanza", Cáritas La Rioja lanzó el pasado domingo la campaña anual que busca reunir aportes económicos para sostener durante todo el año los programas de asistencia, promoción y desarrollo humano que la organización lleva adelante en las comunidades más vulnerables del país.



Se realizó una peregrinación desde la parroquia Nuestra Señora de Fátima ubicada en el barrio Matadero y culminó en la iglesia Catedral. A partir de las 20, se ofició la misa de envío de la colecta anual que presidió monseñor Dante Braida.

Los jóvenes coparon la calle y entre cantos y Ave María atravesaron la puerta Jubilar para decir presente, pidiendo a Dios y a María que sea un sí para siempre y que Cáritas sea un estilo de vida. A la comunidad cristiana que quiera realizar una donación y pueden acercarlas en las diferentes celebraciones, en cada una de las parroquias de toda la provincia. Se necesita ropa en perfectas condiciones (lavada y bien doblada); mantas de polar, frazadas (lavadas y bien dobladas); alimentos no perecederos particularmente: aceite, harina, fideos, leche en polvo, leche para recién nacidos.

“Sigamos organizando la esperanza”

El papa Francisco en una homilía, recogió una frase que lo hizo pensar, y que propuso como programa pastoral: Organizar la esperanza. En aquella ocasión decía el Santo Padre señaló Braida “hace poco recordé algo que repetía un obispo cercano a los pobres, y pobre de espíritu él mismo, don Tonino Bello: ‘No podemos limitarnos a esperar, tenemos que organizar la esperanza’. Si nuestra esperanza no se traduce en opciones y gestos concretos de atención, justicia, solidaridad y cuidado de la casa común, los sufrimientos de los pobres no se podrán aliviar, la economía del descarte que los obliga a vivir en los márgenes no se podrá cambiar y sus esperanzas no podrán volver a florecer”.

“A nosotros -agregó el obispo- especialmente a nosotros cristianos, nos toca organizar la esperanza, traducirla en la vida concreta de cada día, en las relaciones humanas, en el compromiso social y político. Me hace pensar al trabajo que hacen tantos cristianos en las obras de caridad... ¿Qué se hace allí? Se organiza la esperanza. No se da una moneda, no, se organiza la esperanza. Esta es una dinámica que hoy nos pide la Iglesia”.