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El voto cuota / el voto bronca / el voto miedo

La segunda elección de Carlos Menem, estaba rodeada de la opinión en muchos sectores, de que no era mejor cambiar. Ya estaba instalado el dólar uno a uno, se seguían vendiendo las empresas del Estado y unos pocos hacían grandes negocios. En ese momento las clases medias habían tenido la oportunidad de adquirir créditos, y estaban endeudadas. Por eso se llamó a aquel voto de la re elección de Menem: el voto cuota.



Por Carlos Liendro

Era por 1995, donde el riojano volvía a ganar, aunque entre los peronistas comenzaban a aparecer, lo que luego se llamó el grupo de los 8 (peronistas disidentes con ‘el gorila musulmán’, como lo habían apodado). Comenzaban los descontentos entre los sindicatos del Estado, y luego va a hacerse más visible, lo que se conoció como ‘piqueteros’. Estos movimientos se organizaban. Empezaron en el sur de Argentina (Neuquén) y luego en el norte (Salta). Eran ex trabajadores, que nunca más pudieron insertarse en el aparato productivo. Cortaban rutas, realizaban ollas populares, creaban asambleas. Todavía en Buenos Aires esto no se veía. Habrá que aclarar que estos hombres y mujeres había sido trabajadores; tal vez recibieron una indemnización y luego que ese dinero se agotó, no pudieron volver a un trabajo en blanco.

Cualquier semejanza con un modelo económico actual: hay que seguir aclarándolo. El achicar el Estado, el terminar con el gasto público, no iba a ser fácil en una Argentina de un gobierno que se decía peronista y ‘no los iba a defraudar’. Porque habrá que recordar que todas las ventas de ‘las joyas de la abuela’, iban a ser para los jubilados, la educación, la salud. Lo que no se aclaraba era el pacto que había hecho el menemismo con gente de la UCeDe. Los Alsogaray, principalmente La hija de aquel economista que decía en los ’60: ‘hay que pasar el invierno’, fue la que se encargó con otro ministro de vender todo lo que se podía vender. Era el modelo de la globalización (que se daba en el mundo), como las ventas de las empresas y fábricas en los países que había pertenecido al comunismo del este. Latinoamérica tenía ese nuevo azote llamado neoliberalismo. Por eso los grupos disidentes del peronismo lo acusaban a Menem de traidor. Luego vino la Alianza, hasta que De La Rúa chocó un país en el 2001, con más de 30 muertos en diciembre.

Pasaron tres gobiernos peronistas, que se conocieron como ‘kirchnerismo’. Hasta que volvió con las mismas fórmulas el ingeniero antes presidente de Boca, y perdió las elecciones. Por eso luego del inolvidable Fernández, vino la restauración del mismo modelo de Martínez de Hoz, donde Macri fue acusado de no hacer lo que volvieron a hacer ‘las fuerzas del cielo’ en menos de un año: seguir haciendo desaparecer el Estado, pero esta vez para pasar todo a lo privado aquello que pueda dejar plata: comenzando por los recursos no renovables (Petróleo, minerales, minerales raros).

El primer triunfo del gobierno de los hermanos Milei, fue el voto- bronca. Cansados de los ‘kukas’, de la inflación, de los piqueteros; las clases medias inclinaron la balanza. Se unieron los de centro derecha a la derecha y de allí surgieron los que venían postergados (pero siempre estuvieron): la Ultraderecha. Por eso muchos de ellos diputados, funcionarios ministros son hijos de algún militar (que estuvo en los bombardeos de Plaza de Mayo o de algún golpe de Estado militar). Su ideología no ha cambiado. Se ha visto más fortalecida junto a un ‘nuevo orden’ que quieren imponer desde lo económico.

Si antes se podía analizar desde una ecuación: poder mediático, más poder judicial, la aparición de un presidente (como nunca se vio en Argentina) yendo a pedir- ya no solo la foto- sino una especie de ‘intercambio’ de monedas, por el Tesoro norteamericano; ahora eso generó algo que no se pudo predecir. Lo que los peronistas y movimientos populares esperaban todavía como una especie de ‘patriotismo’, orgullo por un país, conciencia de una soberanía, nada de esto existió. Este es el nuevo fenómeno colectivo de los resultados de la última elección. Si algunos periodistas que no están con el gobiernó adelantaban que el 27 cambiaba todo, que los mercados se iban a caer, que se venía una hecatombe para el gobierno…todo resultó como un bumerang. Apareció el voto- miedo. El miedo que vuelvan ‘los kukas’. Esa que no fueron en septiembre en Buenos Aires (y les dio esa victoria parcial al gobernador) esta vez- en octubre- aparecieron con 600 mil votos. Como siempre los peronistas luego de una derrota, que no es tan catastrófica en bancas, (pero que sí al mundo y especialmente a Trump, se la venden como una aplastante victoria) comienzan a tirarse las culpas. ¿Estarán preparados los políticos opositores (y los que se dicen opositores), y los millones que han votado al peronismo a una re elección de los hermanos Milei, con los dólares de los Republicanos de Trump? Ya el Virrey de Estados Unidos que enviaron a las colonias, prometió ir hablando con cada uno de los gobernadores, en una de sus primeras declaraciones que hizo en Florida.