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Navidad: De tradición pagana a una de las fiestas más importantes del catolicismo

Cada 25 de diciembre, millones de personas celebran la Navidad, una fecha que conmemora el nacimiento de Jesucristo y que, a lo largo de los siglos, fusionó tradiciones religiosas y rituales paganos hasta convertirse en una celebración universal.



En esta Capital e interior de la provincia en las distintas parroquias e iglesias se oficiará en horario nocturno la tradicional misa de Nochebuena a la que concurrirá la feligresía para celebrar este momento tan caro a los sentimientos religiosos de los riojanos.

La Navidad es una de las festividades más emblemáticas del calendario cristiano y recuerda el nacimiento de Jesucristo en Belén, tal como relatan los Evangelios de Mateo y Lucas. Según estos textos, Jesús nació en un humilde pesebre y su llegada fue anunciada por un ángel a los pastores. Sin embargo, las Escrituras no precisan la fecha exacta del acontecimiento, lo que durante siglos generó debates e interpretaciones.

Fue recién en el siglo IV cuando el emperador Constantino, tras legalizar el cristianismo y convertirlo en religión oficial del Imperio Romano, estableció el 25 de diciembre como la fecha de celebración. La decisión, avalada por el papa Julio I, tuvo un objetivo estratégico: superponer la nueva festividad cristiana a celebraciones paganas profundamente arraigadas en la sociedad romana, facilitando así la conversión del pueblo.

Antes del cristianismo, el 25 de diciembre ya tenía un fuerte simbolismo. En esa fecha se celebraba el culto al Sol Invictus, una deidad asociada al renacimiento del sol luego del solsticio de invierno, cuando los días comenzaban a alargarse. Además, entre el 17 y el 23 de diciembre tenían lugar las Saturnales, festividades en honor a Saturno, dios de la agricultura, caracterizadas por banquetes, visitas familiares, intercambio de regalos y una temporal inversión de roles sociales, donde incluso los esclavos gozaban de mayor libertad.

Al fijar la Navidad en esa fecha, la Iglesia vinculó el nacimiento de Cristo con la idea del renacimiento y la luz, resignificando celebraciones ya existentes. Aunque estudios históricos sugieren que Jesús pudo haber nacido en primavera, la elección del 25 de diciembre respondió más a razones culturales y simbólicas que cronológicas.

Con el paso del tiempo, la Navidad trascendió su significado estrictamente religioso. El término proviene del latín nativitas, que significa “nacimiento”, y hoy la celebración se convirtió en un acontecimiento cultural global. En Argentina y en gran parte del mundo, diciembre se llena de arbolitos decorados, pesebres, luces y niños que esperan la llegada de Papá Noel, en un clima de reunión familiar y reflexión sobre valores como la solidaridad y la generosidad.

Muchas de las tradiciones actuales tienen raíces antiguas: el intercambio de regalos y los banquetes familiares remiten a las Saturnales romanas, mientras que el árbol de Navidad se vincula con rituales paganos europeos que celebraban la vida y la fertilidad durante el invierno. A su vez, cada país adaptó la Navidad a su cultura, dando lugar a costumbres singulares, como la figura de Krampus en Europa Central, la tradición noruega de esconder escobas o la Befana italiana, una bruja que reparte regalos en la víspera de Reyes.

Así, más allá de las diferencias culturales y religiosas, la Navidad se consolidó como una celebración que atraviesa fronteras y épocas, recordando cómo las tradiciones evolucionan y se entrelazan para dar sentido a una de las fechas más significativas del calendario mundial.