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Fe, asistencia social y acompañamiento en tiempos de crisis, para Navidad y Año Nuevo

Con las celebraciones de Navidad, Año Nuevo y Reyes, la comunidad de Santo Domingo intensificó su labor solidaria brindando asistencia alimentaria a más de 60 familias y ofreciendo espacios de contención espiritual. Bajo la guía del Padre Mauricio Jiménez, el centro consolidó áreas de comunicación, juventud y la Pastoral de la Escucha para responder a la demanda social.



El Centro Pastoral Santo Domingo, ubicado en la intersección de las calles Lamadrid y Pelagio B. Luna, se ha consolidado como un punto neurálgico de actividad communitaria y asistencia social en la capital provincial. Tras la reciente realización del Pesebre Viviente, que contó con una amplia convocatoria de fieles y el acompañamiento del Ministerio de Música, la institución se preparó ahora para los servicios. religiosos de los dias 24 y 25 de diciembre.

Majo Morales, integrante de la comunidad, destacó que el trabajo de la iglesia se ha diversificado para atender las distintas necesidades de la población. A través de la comunidad de San Martin de Porres, el centro gestiona la entrega mensual de módulos de asistencia para más de 60 familias. Según explicaron desde la organización, aunque ya se han cumplido los objetivos para las cenas de Navidad, las donaciones de alimentos, ropa y artículos para la próxima campaña de Reyes Magos continúan abiertas.

Además de la labor caritativa, el centro ha fortalecido su estructura interna con la creación de nuevas áreas como el "Grupo de Jóvenes De León" en memoria del recordado Fray Ponce de León, y un equipo de comunicaciones. También se destaca la labor en el seminario local, donde jóvenes con vocación religiosa reciben formación y apoyo de la comunidad.

Un aspecto relevante mencionado durante el balance de actividades es la implementación de la "Pastoral de la Escucha". Este espacio, articulado con la diócesis, busca ofrecer un primer nivel de contención emocional y espiritual a personas que atraviesan situaciones de crisis. "Brindamos un oído y un cálido abrazo, y es el Padre Mauricio Jiménez quien determina si la persona requiere, además, la derivación a un profesional de la salud", señalaron desde el centro.

La institución observa un incremento en la concurrencia de personas que buscan respuestas ante la incertidumbre económica y personal. En este sentido, remarcaron que el proceso de maduración espiritual y conversión se respeta de manera individual, priorizando la paciencia y la calidez comunitaria.

Para quienes deseen colaborar o participar de las actividades, el centro mantiene abiertas sus puertas de martes a viernes y los domingos. Las donaciones pueden entregarse directamente en el templo o en el Museo Sol de Oro, contactando a la secretaría o al sacristán de la institución.