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01/04/20

Guandacol y su columna Libertadora

Guandacol pueblo de labriegos, tierra de caudillos y lugar donde parte la Expedición Auxiliar de Zelada-Dávila, durante la campaña sanmartiniana que libera a Chile. Se encuentra enclavado al oeste (320 km.) de la, “Ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja”, hoy La Rioja, perteneciendo al departamento Coronel Felipe Varela y a solo 30 km del límite con San Juan, a una altura de 1100 mts sobre el nivel del mar y con una población de casi 2700 habitantes.



Por Jorge Reinoso Rivera- Periodista

 

Guandacol significa "montaña de plata" en la lengua quechua, siendo uno de los primeros caseríos creados por los conquistadores españoles, allí también supo residir el ultimo de los caudillos federales líder del último pronunciamiento del interior contra la hegemonía política de la provincia de Buenos Aires, su nombre era Juan Felipe Varela Ruarte o Rubiano pero fue más conocido como “el Coronel Felipe Varela”, siendo catamarqueño de origen.

 

San Martin invade “Chile Realista” con seis columnas que debían cruzar sincronizada mente la Cordillera de Los Andes, todas tenían sus fechas de partida, leguas (distancia) que debían recorrer por día y lugar, fecha y hasta horario para así tomar por sorpresa a los objetivos militares españoles. El Cruce de los Andes es considerado como una de las mayores hazañas de la historia militar universal que es estudiada en absolutamente tosas las Academias Militares del mundo.

El Cruce de los Andes estuvo integrado de seis columnas que llegarían simultáneamente a territorio chileno; tres por Mendoza, por El Portillo, El Planchón y Uspallata, dos por San Juan, por Los Patos, por donde iría el propio San Martín acompañado por Bernardo O`Higgins y por Aguas Negras y la expedición que se realizó por la cordillera riojana, por el Paso de Comecaballos.

A pedido de San Martín el General Manuel Belgrano, jefe del Ejército del Norte, debió enviar a oficiales para que organizaran la columna auxiliar libertadora que partiría desde La Rioja. Francisco Zelada partió desde Tucumán con 12 hombres de línea en los primeros días de enero de 1817, con las instrucciones de llegar a Guandacol antes del 22 de ese mes, ya que esa era la fecha establecida, por el General San Martín, para que partieran todas las columnas hacia Chile. Allí ya lo esperaban el Gobernador de La Rioja Martínez con 200 llanistas, que fueron reclutados por Fulgencio Peñaloza, quien recibió colaboración de Juan Facundo Quiroga, y el capitán Nicolás Dávila junto a sus 150 hombres, baquianos y rastreadores de la zona. El dato curioso es que esta columna, de poco más de 350 almas, eran milicianos sin mayor preparación militar y también en el grupo de arrieros y baqueanos, se encontraban sanjuaninos oriundos de Huaco y Jáchal.

El 22 de enero, partió la expedición encabezada por el oficial Francisco Zelada, junto a doce hombres experimentados, mandados por Manuel Belgrano y Nicolás Dávila con sus trescientos cincuenta milicianos. La Expedición Auxiliar Zelada-Dávila dividieron su columna de milicianos, en la unión del Río Cachito y Jonquera, el primero de febrero ya en territorio chileno y con el propósito de tomar Huasco y Copiapó. Respectivamente, Dávila encabezó la que tomó Copiapó con un ejército aproximado de ochenta y cien hombres, mientras que Zelada llegó a Huasco con el resto de las tropas. Esta estrategia se llevó a cabo de acuerdo con lo planificado por el General San Martín, para que de manera sincronizada los ejércitos llegaran a territorio chileno y tomarán posesión, simultáneamente, el 12 de febrero.

El 12 de febrero a las cinco de la mañana, Nicolás Dávila y sus hombres tomaron de sorpresa a los realistas en Copiapó, prácticamente sin disparar una sola munición, dada la perfecta estrategia para sorprender al enemigo, apoderándose del cuartel, todo su arsenal y la plaza del lugar.

Lo mismo hizo Francisco Zelada en Huasco, con la particularidad que éste no mandó a avisar del éxito de la misión, lo que provocó que el cometido estuviese a punto del fracaso, ya que Dávila y sus hombres se vieron acusados por lo pro realistas de que no eran patriotas, sino saqueadores. Estas versiones tomaron fuerzas, además, porque los soldados de Dávila, al ser gauchos comunes, no llevaban uniforme y presentaban una vestimenta común, sólo lo que los identificaba era una gorra negra con vivos rojos o viceversa.

Para mantener la paz, Nicolás Dávila convocó a una asamblea entre los principales vecinos del lugar, para designar una suerte de gobierno local democrático, que cayó en la persona de Miguel Gallo (chileno).

La Expedición Zelada-Dávila, fue muy importante, dada la cantidad de hombres que participaron y las dificultades del trayecto, teniendo en cuenta su mayor longitud y la altitud, llegando en partes a más de cinco mil metros sobre el nivel del mar.