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24/04/20

Patria antes que patrimonios

Proteger a los argentinos implica en estos tiempos que afrontamos un esfuerzo mayor e inédito con lo que resulta necesario generar nuevos programas y consensos en términos fiscales, tributarios y principalmente solidarios.



Francisco Pintor

La cuarentena total y obligatoria que lleva alrededor de 1 mes desde su comienzo en el mes marzo, implico desde el estado una fuerte utilización del gasto público y recursos, que llevo a la decisión por parte del presidente Alberto Fernández, a tomar una serie de decisiones que llevo a la transferencia de recursos monetarios extraordinarios como el caso del IFE (ingreso familiar extraordinario), la suspensión de cortes de servicios básicos indispensables, cuestiones como la suspensión de ejecuciones prendarias y de desalojos. Todas medidas que fueron en consonancia con la situación vivida y principalmente a resguardar lo que más se deba y se pueda a las clases más humildes castigadas y perforadas por la fiesta macrista de 4 años antes.

Ante una situación inédita como la que nos encontramos, la cuarentena resulta necesaria como también costosa, la cuestión que debemos de preguntarnos es ¿Cómo seguir sosteniendo esto?, generando instrumentos y mecanismos de apoyos fiscales necesarios que parte de la base de 2 cuestiones fundamentales. La primera parte de la  cuestión de tomar el tiempo políticamente hablando, de cómo juntamos los recursos financieros necesarios para tener la masa fiscal suficiente que se pueda inyectar la liquidez monetaria al sistema económico. Y la segunda partiendo de la cuestión de que quienes más tienen la “espalda” y capital económico deban aportar más y por ello, es necesario un consenso y articulación entre el estado y el sector más pudiente del país.

La posibilidad de redistribuir la riqueza de forma equitativa es en estos momentos ya un imperativo, no solo por fiscal, sino por cuestiones éticas.

Desde los que concebimos una forma de estado que garantice que acumulación de riquezas sea socialmente distribuido para tener un circuito económico pujante y en desarrollo, sabemos que estos tiempos que vivimos y ante situaciones como las que estamos pasando es preciso que se piensen nuevos proceso de construcción del pensamiento político y económico, esta pandemia nos hace ver que el hiperindivualismo globalizado bajo lógicas darwinianas sociales, solo refleja que las vidas de las personas no son variables especulativas mucho menos segmentaciones ni categorías de personas por cualquier índole.

Los 3 principios fundamentales de la revolución francesa fueron, “libertad, igualdad y fraternidad” a mi criterio, el más importante de ellos es la fraternidad por de ella se piensa a partir del otro, se cimientan los lazos de construcción solidaria, los necesarios y justos para una sociedad que pueda entender y percibirse desde lo colectivo.

Estudiante de ciencia política, Analista político y militante*