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16/10/20

A casi 30 años de una histórica cirugía vascular en Argentina

El 14 de octubre de 1993 el por entonces presidente Carlos S. Menem ingresó al quirófano del Instituto Cardiovascular de BsAs debido a la justa detección de una obstrucción en la arteria carótida (alojada en el cuello), horas antes de un viaje a Chile.



Escribe Héctor de la Fuente 

27 años pasaron de aquella verdadera conmoción política e informativa que se produjo en el país debido a esa noticia médica, la inminente cirugía a cielo abierto a Menem.

El lugar elegido fue el Cardiovascular, donde Menem quince días antes se había hecho un chequeo médico.

El Sanatorio Guemes, la meca de la medicina cardiovascular argentina, había quebrado unos meses antes.

El cirujano vascular a cargo fue Juan Carlos Parodi, nada menos.

Es una suerte de "hombre de hielo", de mente fría y corazón caliente, también por entonces, quien ayer le dijo a este columnista para El Independiente Digital, al ser consultado por esta efemérides que: " hace meses, lo visité a Menem".

Con Parodi, creador de técnicas mínimamente invasivas para tratar patologías de la aorta, y entrevistado por quien esto escribe ya como cirujano de Bergoglio (1980) ganamos para este portal de noticias el premio nacional e internacional Hector Bergier 2017 de Periodismo Médico en la categoría Internet de la Asociación Médica Argentina y la Sociedad Argentina de Periodismo Médico.

La técnica empleada en 1993 con el político riojano que llegó a presidente, fue la endarterectomía de la carótida, "pelando" la arteria y extrayendo la placa de colesterol con el bisturí a cielo abierto.

El cuadro clínico no llegó a ser un A.C.V., fue un Accidente Isquémico Transitorio (A.I.T., por sus siglas).

Menem sintió parestesias en su brazo, una sensación de cosquilleo y eso motivó que Ramón Leiguarda, acaso el neurólogo clínico de más prestigio en el país, fuera convocado a la quinta presidencial de urgencia. Leiguarda al auscultar con el estetoscopio la arteria carótida presidencial detectó un soplo.

Pero había que precisar aún más en detalles la localización exacta de la obstrucción y, descartar incluso otras obstrucciones arteriales en otros territorios, por ejemplo, tal como el corazón, como para que el paciente tolerara muy bien la cirugía con anestesia profunda.

Por ello, Menem tuvo un cateterismo diagnóstico previo a ser operado de la carótida en manos de Luis De la Fuente y del jefe de cardiología del ICBA.

El veredicto fue favorable al presidente; su corazón y sus arterias coronarias estaban óptimas.

Del pacto de Olivos al resurgimiento del periodismo médico gracias a la difusión de ese primer presidente operado de urgencia en democracia; las consecuencias políticas, económicas, periodísticas y médicas y sus efectos duraron varios años más.

Luego de esa exitosa cirugía vascular, Menem destinó a La Rioja la friolera de 1000 millones de dólares anuales, desde aquel 1993 hasta 1999.