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01/11/20

Dos de Noviembre Día Especial

Si existe algo inevitable en la vida de los seres humanos es la muerte. Enfrentar esa situación es parte del transitar de todas las especies, ya sea de manera natural por la edad, enfermedad, accidentes, inducida mediante el suicidio o infringida por terceros. La muerte sigue siendo dolorosa, pero existen circunstancias que la intensifican llenándola de desesperación, marcando la vida familiar y comunitaria en cada desenlace.



Por Nicolás Antonio Díaz- Docente  U.N.La.R

El 2 de noviembre se conmemora  a nivel mundial  el día de los santos difuntos, de los muertos, de los finados, como se los denomina en las diferentes culturas, y para otros es el transitar por el nuevo año celta.

Este año estuvo marcado por el covid-19  mostrando  la muerte como algo cotidiano, un suceso diario y cruel, donde la proximidad  física se convierte en un arma letal e invisible.  El distanciamiento físico, el encierro en muchos casos generó graves problemas de violencia física y homicidios

( femicidios)  complejizando los escenarios y las tragedias propiamente dicha.

El ser humano  siempre  se mostró  inquieto en todo lo que acontece  cuando el hálito  de vida se termina.  La muerte propia o de los vínculos cercanos es temida, el solo hecho  de pensarla nos llena de angustia, las emociones    varían sea quien se adelanta en ese camino que todavía desconocemos, lo que sucede con lo intangible, alma o espíritu sigue llenando de curiosidad a muchos..  Para ello están las religiones, doctrinas, teorías   filosóficas que son "esclarecedora"  o al menos atenúan el dolor. Estoy convencido que somos más que materia, y la ciencia  lo va confirmando.

En el acervo cultural encontramos   literatura, canciones, monumentos, que dan cuenta  de esta necesidad de comprender la finitud de la vida humana, de la presencia física, la trascendencia. Así podría mencionar creaciones  referidas a la vivencia de la  pequeñez  ante las pérdidas irreparables como las famosas Coplas a la Muerte de su Padre de Jorge Manrique, con ella pretende alabar, recordar y mantener vivo en el recuerdo a su padre. O Romance del Enamorado y  La Muerte, autor anónimo, siendo Víctor Jara y otros artista que le ponen voz y música. También Elegía canción de Miguel Hernández interpretada magistralmente por Joan Manuel Serrat;  los estudios  de Elizabeth Kubler Ross quien dejo un  valioso aporte científico para quienes desean profundizar, sin olvidar un clásico cotidiano como Rene Trossero que nos habla desde la fe.

Monumentos, cenotafios,  pirámides, Taj Mahal, mansuleos, hasta las sepulturas  más sencillas se convierten  en elementos  que referencian amor, tragedias, dolor, pérdidas, ausencias, lagrimas, reconocimiento de aquellos que  han partido.  Y   están  quienes  no tienen un lugar donde sus familiares  puedan encontrar la paz del luto que cargan, quedando las plegarias (y las esperanzas) como único recurso para esos cuerpos  sin tiempo - espacio-duelo ni sepultura conocida.

Cada cultura  establece los ritos funerarios y de recordación de los difuntos que  son  disímiles, como  sus formas de interpretación y sentimientos, pero convergen en lo mismo: memoria activa cargada de nostalgias por los ausentes eternos.

Un recorrido superfluo y puntual

Veamos como lo recuerdan (celebran)  algunos países, sin detenernos en profundidad, solo lo visible que sigue perviviendo, a lo mejor agregando o quitando elementos, o sufriendo sincretismo.

En Estados Unidos de América :

Es conocida también como la noche de brujas. La festividad se celebra el 31 de octubre, momento en el que niños y mayores se disfrazan de personajes de terror. El  Halloween  esta siendo exportado y se mestiza con otras culturas. En ciudades cosmopolitas y sitios urbanos en  habitual  escuchar ese anglicismo , teniendo una  fuerte tradición también en  Canadá, Irlanda o Reino Unido. En cuanto a su gastronomía, durante ese día hay costumbre de comer dulces y manzanas caramelizadas, sin olvidar las calabazas con luces y decoraciones de horror en las viviendas.

Irlanda:

Está vinculada con el inicio del año nuevo celta, fiesta importante en toda Europa hasta la llegada del cristianismo. Comenzaba a partir del 31 de octubre con la época oscura, final de las cosechas inicio del acopio de provisiones para enfrentar otoño e invierno. Según las creencias, durante la noche los difuntos tenían la oportunidad de volver al mundo de los vivos para reencontrarse con sus seres queridos, convirtiéndose casi en un universal compartido. El pastel dulce Barm Brack, se comparte entre las familias y quienes las visitan, introduciéndose en el  un anillo y un penique si tienes la suerte de encontrar alguno de estos objetos eso implica que el matrimonio está cerca, mientras que el segundo atrae la prosperidad económica.

Guatemala:

Un patrón compartido en todos los países es  también replicado en Guatemala incluyendo  visita a los cementerios para dejar flores, limpiar las lápidas , rezar por los seres queridos. Las ofrendas y altares también se presentan en algunos lugares. Pero lo llamativo es  el ritual de los barriles gigantes en la colina próxima al cementerio en la localidad de Santiago Sacatepéquez los días  1 y el 2 de noviembre.

Ecuador:

Tiene cierto parecido a las ofrendas que se realizan en los cementerios de   México y los altares familiares. Una  tradición  indígena es el intercambio de las guaguas de pan (algunas llevan relleno de frutas) que prepara cada familia . Estos niños de pan se remontan a tiempos donde se momificaban ciertos cuerpos y en estas fechas eran paseados por la ciudad; pero con la llegada de los colonizadores quedo esa práctica   fue  prohibida. Las guaguas suelen ir  acompañadas con  la colada morada que es una combinación de frutas (piña, naranjas), especies, hierbas, harina de maíz  morada  o negra, azúcar, dando lugar a una bebida dulce , que en algunas áreas rurales son también ofrendas principales en los cementerios. Esta información fue vertida por la Licenciada Jessenia Polo y su hija Lia, desde la ciudad de Quito.

Por otra parte, la Licenciada Catalina Garcés, recuerda cuando trabajaba para la Cruz Roja en la comunidad de los Shuar le toco presenciar el fallecimiento de un niño menor de 5 años. “ ahí la comunidad lo pasea , lo llevan en brazos, no lloran por el bebe porque saben que se convirtió en un ángel que cuidara de la comunidad, por ello  todo es cantos y alegrías para despedir al niño que pasa de brazos en brazos como dormido”

Venezuela:

Municipio José Félix Ribas, en el Estado Aragua, se pone en acto una danza  heredada de los indígenas, llamada el baile de llora. En ella se recrea la vida del difunto mediante relatos, anécdotas, que recuerde su paso por esta vida, hazañas, valores, etcétera.

 

México:

Seguramente muchos, después de haber visto la película Coco,  pudieron comprender  un poquito de la cosmovisión de este gran pais. Las Catrinas en  sus desfiles   dan un marco de color, alegría y atractivo turístico.

La Lic  Cervantes Mijes María Eduwige, informante clave desde ese pais,  señala  que estas celebraciones tan extendida en México “Es la mejor forma de decirles que siguen presentes en nuestras mentes, en nuestros corazones y que no han muerto solo estamos separados por un tiempo y que vivimos esperanzados en un reencuentro. En los panteones te encuentras a los mariachis los cuales con singular alegría tocan las canciones preferidas de los difuntos, o piezas clásicas dependiendo si son para mama, papa o niños. Las visitas a los panteones se dividen en dos días ,el 1 de Noviembre es el día dedicado para los angelitos ( niños y niñas) y el día 2 de Noviembre para los adultos.”

El día de muertos se celebra por todo lo largo y ancho de este país, aquí

algunos ejemplos:

En Aguascalientes se hace el Festival de las Calaveras

En Campeche se llevan a cabo rituales Mayas del día de muertos

En la Ciudad de México, la Mega Procesión de Catrinas

En Guanajuato, el Festival de La Calaca

En Michoacán, la noche de muertos celebrada en Pátzcuaro

En Morelos, el Festival Miquixtli

En Oaxaca se lleva a cabo un concurso de Altares

En San Luis Potosí, el Xantolo en la Huasteca

En Sinaloa, el Umbral al Mictlán

En Yucatán, el Paseo de las Ánimas

En Zacatecas, el Desfile de Muertos

 

Panamá:

Un comentario muy interesante realiza desde Agua Buena de Chilibre , Panamá la Bióloga vegetal Vielka Murillo Godoy. “ cuando éramos chicos y murieron a mediados de los años ochenta mis tíos abuelos, mi abuela, recuerdo que con toda mi familia nos trasladábamos los 9 días a la casa del fallecido.se mataban vacas, puercos para llevar y compartir con quienes se acercaban esos días a saludar a la familia. Era un momento que los mayores  tenían tristeza y nosotros los niños alegría porque se reunía toda la familia. Los primos que hace tiempo que no nos veíamos por las distancias. Se rezaba el novenario y esos días  jugábamos  con los chicos y sus amigos al escondite, San Serení, rondas. Mi abuela y tíos pidieron que no los entierren en ataúdes negros,  y se cumplió ese pedido. Ella nos decía que ya es triste la muerte para los que se quedan y poner ese color que duele mas, no tenía sentido.”

Por ese camino vamos:

Con el paso del tiempo  los ritos de cruzar a  otra vida se fueron  acomodando  en cada sociedad, así los velatorio en las  casas se trasladaron a las salas velatorias que brindan  el servicio. El rezo del rosario  se restringió en muchos casos a  solo a tres días, o  hacer en un solo  en un  día tres misas en honor al difunto. El ritmo actual que impone la vida , la inseguridad, vivir en casa  o departamentos pequeños, las distancias, los horarios  de actividades laborales   condicionan para que el ritual de la muerte y despedida sea un proceso más individual-familiar, que comunitario. En algunos lugares de  África señalan que cuando muere una persona, muere parte de la comunidad, aseverando con ello que la red vincular, los afectos, memoria e historia se van con el difunto.

Hace dos días escuche  al profesor Juan José Herrera, amigo y vecino, en la última noche de un novenario, parafraseando al padre Almirati, “hagan felices a sus muertos, récenles”, me pareció una hermosa  expresión y la manera en que lo trajo a colación.

Somos más de lo que vemos, aunque la idea de los mercados de bienes y servicios prioricen el envase.

En síntesis la muerte  física impacta  en quienes quedamos todavía del otro lado de la línea, ella interpela las emociones, la salud mental  tiñendo con su paso la vida diaria que irrumpió. Y volvemos a preguntarnos:

¿Qué llevamos?  Las vivencias, experiencias, los afectos, los proyectos  inconclusos, prejuicios, saberes, ideologías, la clase social, la jerarquía, las tonteras humanas, los miedos, el amor y el desamor, todo aquello que resulto significativo para quien parte de este plano.

¿Qué dejamos y qué queda? Tristezas,  dudas, ira, miedos, rabia, paz, tranquilidad, penas, proyectos, continuidad en los hijos y nietos, valores, prejuicios, apertura, amor,  enseñanzas-aprendizajes, vacío, llanto, recuerdos, herencia que puede ser  genética-simbólica-material, reproches, disputas, rencores, vínculos rotos en toda la familia.

Por ello es un acto de amor a uno mismo vivir sin sembrar odio ni prejuicios, tampoco atornillarse al poder, a los bienes que se acumulan y no se disfrutan. La vida y la muerte vienen y van unidas, un binomio inseparable que nos debe hacer reflexionar sobre nuestras prácticas diarias.

"No son los muertos los que en dulce calma

la paz disfrutan de la tumba fría,

muertos son los que tienen muerta el alma

y viven todavía....

 

No son los muertos, no, los que reciben

Rayos de luz en sus despojos yertos,

los que mueren con honra son los vivos

los que viven sin honra son los muertos.

 

La vida no es la vida  que vivimos,

la vida es el honor y es el recuerdo,

por eso hay muertos que en el mundo viven

y hombres que viven en el mundo... muertos"

Antonio Muñoz Feijoo 1851-1890