
Los datos son escandalosos y no admiten maquillaje: el precio internacional del petróleo cayó 20% en el último año, el dólar se mantuvo estable, pero en Argentina la nafta superó un aumento del 260% en dos años. Hoy llenar un tanque cuesta 78,750 pesos, contra 14.560 pesos en diciembre de 2023.
Por Gabriel Genri de Universidad Popular La Rioja
Esta es la gran farsa del "mercado liberado": está hiperconcentrado. Una sola empresa maneja cerca del 60% del mercado y traza la línea de precios. Es un oligopolio que fija valores a su antojo.
Las cinco variables clave que determinan el precio no cambiaron sustancialmente para justificar este saqueo: petróleo más barato, dólar estable, impuestos y costos sin alteraciones brutales. El famoso "delay" es pura especulación. Cuando el barril sube, ajustan al instante; cuando baja, se hacen los distraídos.
El golpe a la economía real es devastador. Esto afecta directamente la rentabilidad de las pymes y los transportistas, los hace menos competitivos y acelera un proceso de desindustrialización. Se habla de credibilidad y euforia, mientras las familias y los productores son estrangulados en las estaciones de servicio.
Se nos vende el relato de que "el mercado se regula solo", pero cuando un jugador domina el 60% de las ventas, no hay mercado libre, hay extorsión legalizada. Los organismos de defensa de la competencia deberían actuar de inmediato, pero parecen más ocupados en debates teóricos que en detener este abuso.
Esto no es economía de mercado; es capitalismo de amigos disfrazado de liberalismo. Se proclama la libertad, pero solo se defiende la libertad de unos pocos para abusar de millones. Los precios de la nafta son el termómetro de la hipocresía económica: cuando conviene, invocan al mercado; cuando no, hacen la vista gorda ante el monopolio.
La gente se ahoga en los surtidores, las pymes cierran, la producción pierde competitividad. Basta de discursos. Que expliquen con números por qué el barril bajó y la nafta subió 260%, o que admitan su complicidad en esta estafa.
Exijamos transparencia y competencia real. No normalicemos el abuso. Han cartelizado el mercado para saquearnos los bolsillos.