
Tras la confirmación del servicio brasileño, Senasa instó a reforzar las medidas de bioseguridad y vigilancia en los establecimientos avícolas comerciales del país para reducir el riesgo de ingreso.
Luego de que el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil confirmó la detección de Influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) en una granja de aves de corral en Montenegro, estado de Río Grande do Sul, el Senasa instó a reforzar las medidas de bioseguridad y vigilancia en los establecimientos avícolas comerciales del país para reducir el riesgo de ingreso.
El evento se registró a 620 km de la frontera con la Argentina. De acuerdo a lo informado por el organismo, ya se implementaron las medidas de contención y erradicación del brote, el cual constituye el primero en el sistema avícola comercial del país vecino.
Tras la comunicación oficial, el Senasa dispuso como medida de prevención la suspensión de las importaciones de productos y subproductos de origen aviar procedentes de Brasil en los cuales se certifique la condición de país libre de IAAP. Con respecto a la genética aviar, se continuará con el ingreso de aves de un día y huevos fértiles, siempre que procedan de compartimentos reconocidos oficialmente por el Senasa como libres de esta enfermedad.
Cabe destacar que la IAAP es una enfermedad de rápida propagación, principalmente a través de aves silvestres migratorias, que actúan como reservorios naturales del virus. Su presencia representa un riesgo significativo para la avicultura, debido al alto impacto sanitario y económico que puede generar, incluyendo restricciones en los mercados internacionales.
Si bien no es posible controlar el avance del virus en las zonas donde habitan aves migratorias, es fundamental notificar de inmediato al Senasa en caso de observarse la presencia o sospecha de signos clínicos compatibles con la IAAP, tales como: Muerte súbita; fuerte disminución en el consumo de alimento y agua; merma en la producción de huevos o huevos deformes; inflamación de la cabeza, cresta, barbilla y patas; secreciones nasales, tos y dificultad para respirar; diarrea verdosa; problemas neurológicos (temblores, incoordinación, parálisis); plumas erizadas y aspecto decaído.