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Se conmemora el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria

El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria fue designado por la Asamblea General coincidiendo con el aniversario del ataque al cuartel general de la ONU en Bagdad, Iraq, en 2003. Es una fecha para rendir homenaje a todos aquellos que perdieron la vida en la prestación de servicios humanitarios y para celebrar el espíritu que inspira la asistencia humanitaria en todo el mundo.



En 2024, más de 280 trabajadores humanitarios fueron asesinados mientras brindaban asistencia. Hasta agosto de 2025, otros 170 habían perdido la vida, con al menos 150 más que resultaron heridos o secuestrados. Los convoyes han sufrido ataques, las instalaciones médicas han terminado destruidas y el acceso de los civiles ha sido obstruido a pesar de las salvaguardas más que claras para los trabajadores humanitarios en el marco del derecho internacional humanitario.

Tales ataques no solamente se llevan vidas, sino que además obstaculizan la provisión de asistencia vital en contextos como los de Sudán, Gaza, Ucrania y otros territorios.  

La OIM convocó a todos los estados y partes en el conflicto armado a cumplir con sus obligaciones legales en relación con proteger a los trabajadores humanitarios y garantizar que la asistencia llegue a los civiles con rapidez, en condiciones de seguridad y sin obstrucción alguna.

El desafío no es la ausencia de reglas sino el hecho de que se las ignora permanentemente. Se requiere una voluntad política urgente y acciones decisivas para poner fin a la impunidad, salvaguardar a quienes prestan servicios y permitir que la ayuda llegue a todos aquellos que más la necesitan.

Este año, el mensaje es claro: el sistema humanitario está al límite de sus posibilidades: con financiación insuficiente, desbordado y bajo ataque. Solo en 2024 murieron más de 380 trabajadores humanitarios. Algunos en acto de servicio, otros en sus hogares. Cientos más han resultado heridos, secuestrados o detenidos. Y hay motivos para temer que 2025 sea peor. Con demasiada frecuencia, el mundo mira hacia otro lado, incluso cuando estos ataques violan el derecho internacional.

Se ignoran las leyes destinadas a proteger a los trabajadores humanitarios. Los responsables quedan impunes. Este silencio, esta falta de rendición de cuentas, no puede continuar. El sistema está fallando no solo a los trabajadores humanitarios sino también las personas a las que sirven. Ya no estamos en una encrucijada. Estamos al borde del abismo. Las necesidades aumentan.

La financiación disminuye. Y los ataques contra los trabajadores humanitarios están batiendo récords. Cada 19 de agosto se levanta en alto el trabajo silencioso y valioso de cada persona que brinda su asistencia humanitaria. Son los verdaderos héroes y heroínas de nuestro mundo real y tienen una capacidad extraordinaria de perseverar a pesar de los obstáculos. En diciembre de 2008 en la Resolución (A/RES/63/139), la Asamblea General declaró el 19 de agosto Día Mundial de la Asistencia Humanitaria en memoria del brutal atentado terrorista, en agosto de 2003, contra la sede de las Naciones Unidas en Bagdad (Iraq) que se cobró la vida de 22 personas, entre ellas el enviado de la ONU, Sergio Vieira de Mello.

Las personas que brindan desinteresadamente asistencia humanitaria están comprometidas con el bienestar ajeno sin importar condiciones sociales, religiosas o culturales y, muchas veces, se enfrentan a situaciones de vulnerabilidad, inseguridad, desprotección y aislamientos geo-territoriales. Un reporte publicado recientemente por Naciones Unidas señaló que quienes hacen trabajo humanitario están superando obstáculos de acceso sin precedentes para ayudar a las personas en crisis humanitarias en más de 60 países y lo hacen con responsabilidad, compromiso, con profesionalismo y dedicación, arriesgando cada segundo sus vidas.

Hoy en día, un número sin precedentes de personas vive en medio de crisis humanitarias. Los conflictos armados, los desastres naturales, las enfermedades y la persecución violenta han obligado a más de 70 millones de personas a abandonar sus hogares. Aunque las mujeres y las niñas suelen ser gravemente afectadas por las crisis, también encabezan los esfuerzos de recuperación y fomento de la resiliencia.

Este año, el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria  honra a las mujeres trabajadoras de organizaciones humanitarias que trabajan en primera línea en sus comunidades para ayudar a las personas necesitadas. Hay más de medio millón de trabajadores humanitarios de primera línea en guerras y desastres en todo el mundo; aproximadamente el 40 % son mujeres, muchas trabajan en algunos de los lugares más peligrosos del planeta.

A menudo, las mujeres son las primeras en responder a las crisis, y las últimas en salir. Y sus esfuerzos desempeñan un papel clave en la supervivencia y la resiliencia de las familias y las comunidades.