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El "improvisado concierto" de Atahualpa Yupanqui en Laguna Brava, un 25 de Mayo

El cantautor y guitarrista, Atahualpa Yupanqui estuvo en Laguna Brava en los años 40, donde se inspiró para crear “Danza de la Luna” y ofrecer un improvisado concierto que incluyó estrofas instrumentales del himno nacional, la Zamba de Vargas y una vidala chayera porque ese día era 25 de Mayo. El único espectador fue el baqueano Felix Cruz que lo guío en la travesía por los Andes riojanos.



Con su estilo coloquial, Cesar Eduardo “Lalo” Varas describió y publicó en las redes sociales, los detalles de la visita de Yupanqui en 1940 atraído por “la famosa Laguna Brava, enclavada en la Cordillera del actual Dpto.Vinchina”. Tras pasar por Villa Unión llegó a Banda Florida donde “se topó gratamente con el autor del Cancionero Popular Riojano, Don Juan Alfonso Carrizo, en la casa del maestro Roberto de la Vega con quienes departió largamente. Al día siguiente partió solo, condecorado inspector de soledades y ganado por el misterio del canto del viento, previo descanso en Villa Castelli, llegó a Vinchina al atardecer”.

“Don Custodio Astorga, jefe de la Aduana, le indicó la casa del Sr. Héctor L. Carreño (ex diputado provincial y ex jefe de Policía de La Rioja), quien debía cederle las mulas para el viaje. Apenas se conocieron, solícito Don Héctor, ordenó encerrar una tropa en el corral, cerca de su vivienda (la vieja casona de adobes en calle Los Carreños, hoy Honorio Rodriguez, actualmente propiedad de la familia Cerezo de Villa Unión)”. 

“Luego de la cena, se abocaron a preparar el avío (lo necesario para el viaje a la Cordillera), colaboraron en esos menesteres el maestro Don Nabor Alanis y el guitarrero y cantor, Don Moisés González, abuelo de Pimpe González y del contador Juan González. Como baquiano le recomendaron a Don Félix Cruz, hombre de a caballo y conocedor de los Andes, cuarentón, morrudo y callado, según lo describió Don Ata. Don Félix fue el padre de Dña. Tita Cruz y abuelo de Oscar, Ignacio y Roberto Cruz, vivía en la antigua casita cerca del Oratorio de San Ramón, con su esposa Dña. Genara, dueña de esa capilla que aún se conserva en Vinchina”.

“El 20 de mayo de 1940 partieron a Jagüé, montados en sendos mulares con dos bestias de carga, y con las últimas luces del día llegaron a los Robledo en Bajo Jagüé, donde pernoctaron. En la mañana del siguiente día abandonan Jagüé, rumbo a la Cordillera. Después de tres días bien andados, con sus consabidos descansos, por fin pudo Don Ata conocer el espejo salobre de agua que buscaba. Luego de maravillarse con ese espectáculo, se acomodaron en el propio refugio de Laguna Brava, alrededor de un fuego reparador de cuernos (construidos durante los gobiernos de Mitre y Sarmiento)”.

“Yupanqui en los tres días que, con Cruz estuvo en aquel refugio, más las recorridas diarias, quedó fascinado, contemplando esa sucesión de cumbres que parecían quebrarse, maravillosos arcos iris en una catedral de espejos, pero no vio oleaje bravío en la Laguna, como le contaron en La Rioja. La luna de Los Andes, le sugirió un tema que tituló ´Danza de la luna´. La última noche, frente a un infaltable fuego, fumaban en silencio. Afuera el silbo del viento y la luna en el cielo. De pronto habló Don Cruz: ´En Vinchina estarán los amigos zambeando lindo´. ¿Alguna fiesta? preguntó Don Ata. Claro!...ya me habÍan apalabrado los amigos para ir...como es 25 de mayo, respondió Cruz”.

“Verdad!...retrucó Yupanqui y se apresuró en rescatar una cuerda de guitarra, con la que en Vinchina remendó una alforja descosida, la ató al cabo de su rebenque y con una caja de fósforos como puente, se fabricó una precaria vihuela de una sola cuerda, con la cual improvisó una mera melodía del Himno Nacional.

Don Félix único espectador de ese "Concierto" en plena Cordillera, muy serio se quitó la gorra y se puso firme como colimba, luego Don Ata logró unos compases de la Zamba de Vargas y una Vidala Chayera, mientras brindaron con un aguado café”.

“Ya de regreso y en una trepada empinada, Don Cruz le gritó: ´No le afloje don!...metaleee...con la guitarra también!...´ que Atahualpa festejó de buena gana”.

“Atrás quedaban las cumbres nevadas, las esbeltas vicuñas, la flor de la poposa y el espejo de soledades de la apacible y legendaria Laguna Brava”.

“Esto es solo un episodio que comparto- de la amplia trayectoria de Don Atahualpa Yupanqui- porque alude a nuestra Laguna Brava y a algunos vecinos de Vinchina del pasado”. Atahualpa Yupanqui nació en 1908 en Pergamino, Buenos Aires y murió en Francia en 1992.

Fuente documental: El Canto del Viento de Atahualpa Yupanqui