Verónica Flores denunció graves demoras e irregularidades en la causa contra su ex pareja, Sergio Pedro Moreno, quien sólo estuvo detenido diez días pese a la gravedad de los hechos. Apunta directamente a la jueza Adriana Loureiro y asegura que además de víctima de violencia machista, es víctima de la inacción judicial.

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Seis años después de haber presentado dos denuncias en contra de su ex pareja, Verónica Flores continúa de pie, reclamando justicia. En abril de 2019 denunció por primera vez a su ex pareja, Sergio Pedro Moreno, quien intentó ahorcarla delante de sus hijos y la amenazó de muerte. Meses después, en octubre del mismo año, volvió a ser atacada: Moreno la interceptó con un cuchillo y la obligó a huir para salvar su vida. Ambos episodios fueron denunciados, pero las actuaciones judiciales —a cargo de la jueza de Instrucción de Chamical, Adriana Loureiro— se redujeron a una detención de apenas diez días para el imputado. Desde entonces, la causa por “tentativa de homicidio” y un segundo expediente por “lesiones y amenazas” quedaron prácticamente paralizados.

“Yo corrí, escapé, pedí auxilio, dejé todo para estar viva, y la doctora Loureiro no hizo nada. Pasaron seis años y jamás actuó”, afirma Flores, quien aseguró que nunca se garantizaron medidas efectivas de protección.

Violencia reiterada y amenazas constantes

Durante esos años, Flores siguió denunciando que Moreno violaba perimetrales, irrumpía en su casa, la hostigaba y la amenazaba de muerte. Incluso relató que en una ocasión el agresor quemó la motocicleta de una persona que la acompañaba, hecho que nunca fue investigado.

Lejos de encontrar amparo, Verónica expresó que las instituciones la dejaron sola: “Además de ser víctima de un violento, soy víctima de la Justicia. Nunca hicieron nada. Si hubieran actuado a tiempo, todo esto no hubiera llegado tan lejos”, lamentó.

La pérdida de sus hijos y su hogar

La mujer denunció también que la falta de respuestas y el hostigamiento de Moreno derivaron en la pérdida de la tenencia de sus cuatro hijos y de la vivienda familiar. Según su testimonio, aceptó firmar un acuerdo “bajo amenazas y violencia”, que luego fue convalidado por asesores de menores de Chamical. “Me apartaron de mis hijos y me obligaron a entregar mi casa. Nadie escuchó que yo estaba denunciando un intento de femicidio. Nadie me creyó”, aseguró.

El reclamo apunta de manera directa a la jueza Loureiro, cuestionada también en otras causas en Chamical. Flores denuncia que durante seis años la magistrada no avanzó en la instrucción de los expedientes y que sólo este año, tras la intervención de un querellante particular, se ordenaron medidas como pericias psiquiátricas y citaciones a testigos.

“Todo está estancado. No sé si alguna vez lo van a condenar. Para mí, la jueza Loureiro nunca quiso hacer justicia”, sostuvo en una entrevista con EL INDEPENDIENTE.

La mujer también critica la actuación de la Asesoría de Menores y de las áreas de protección a la mujer: “Me prometieron ayuda y seguridad, pero estaban más preocupados por protegerlo a él. Hasta compartían espacio político con mi agresor”.

Un pedido que no se apaga

Hoy, Verónica Flores vive sin contacto estable con sus hijos y con la sensación de haber sido doblemente vulnerada. A pesar de todo, insiste en hacer oír su voz: “Quiero que me devuelvan la justicia. Yo sobreviví a dos intentos de femicidio, pero la indiferencia de la Justicia me sigue condenando todos los días”.

 

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