
No pasó una semana que el gobernador Ricardo Quintela había priorizado la gestión sobre cambios en el gabinete y estalló la interna del PJ y del gobierno provincial. Una interna -tal como se dijo desde esta columna en varias oportunidades-, estaba ahí agazapada, a punto de mostrarse públicamente.
El pasado jueves 30, días después de las elecciones, en el canal estatal, el gobernador fue consultado sobre la remoción de funcionarios. Textualmente respondió: “oportunamente lo decidiremos” por ahora lo importante “son los resultados de la gestión en obras de energía, agua, caminos, viviendas, salud, calidad de servicios” con la “precariedad financiera que tenemos”. Solo aceptó que podían irse los dos ministros electos diputados provinciales, Ismael Bordagaray de Transporte y Marcelo Del Moral de Infraestructura.
Exactamente una semana después, -este jueves 6-, estalló todo junto: la presión interna pidiendo cambios en el gabinete, la renuncia anticipada de un ministro, el pedido del gobernador de que todos renuncien, la reconducción del bloque de diputados del PJ más la interna por la sucesión del gobernador, entre lo más candente.
Todo junto
Fue un solo día, donde una catarata de posteos, declaraciones, opiniones, acusaciones, especulaciones, operetas, desmentidas, ofrecimientos personales para integrar el nuevo gabinete, denuncias, exigencias públicas de cambios y hasta investigaciones judiciales, vinculadas o no, expusieron una herida abierta en la interna del gobierno y el peronismo.
La puesta a disposición de su cargo del ministro de Desarrollo Social -¿acaso tenía información privilegiada?- “casi” simultánea con el pedido de renuncia a todos, incluso titulares de organismos descentralizados e integrantes de sociedades con participación del Estado, dieron pie a que se expusieran públicamente opiniones sobre las elecciones y el futuro accionar del Gobierno. De nada sirvió la lectura oficialista de que el peronismo había mantenido su caudal electoral y que la autocrítica no era necesario. Quedó demostrado que, en los medios y en el ánimo del peronismo prevaleció la idea de la derrota y la demanda de renovación para recuperar la confianza en la gestión.
Con pocas horas de diferencia, un diputado reelecto y otro electo salieron a disputar el cargo de presidente de bloque del PJ y un tercer legislador una vicepresidencia del cuerpo, con amplia difusión en los medios y redes sociales.
Todo eso no fue suficiente y la vicegobernadora Tere Madera hizo público que aspira a ser gobernadora, en medio de una inédita cantidad de mujeres riojanas con liderazgo propio que postulan al cargo con posibilidades ciertas. No es la primera vez que la vice lo insinúa, pero hablar públicamente desató otra catarata de opiniones entre quienes la apoyan o quienes apuestan por otras candidatas o quienes entronizan candidatos con “o” ¿para seguir manteniendo la primacía del género? No fue tan así ni fue la intención porque los propuestos tienen amplia trayectoria política, pero La Rioja parece ir camino a tener la primera gobernadora mujer.
En el peronismo son varias las que se perfilan, tampoco faltan en la oposición. Época de muchas riojanas que disputan cargos políticos par a par con los hombres.
¿A quién nombrar?
A la espera de determinar si ante tantos anuncios hubo causalidades o casualidades, en el gobernador Quintela recaerá gran parte de las decisiones que se tomen de ahora en adelante, al menos públicamente, sobre como encarará la segunda parte del mandato.
La renuncia de los funcionarios, -se supone que ya las recibió a todas, ¿o algunos resisten?-, le ofrece varios caminos. Hacer enroque de nombres o funciones para seguir con los mismos, en distintos roles con las lógicas críticas que eso traerá. Otro camino, cambiar todo el “funcionarato” para lo que quizás tenga que apelar por fuera del “quintelismo” visto que todos ya tienen un cargo. Esta opción lo obligará a buscar colaboradores en sectores internos que es la real demanda de la interna. Imposible sumar a la oposición como en otras gestiones. Una tercera opción será la reestructuración del gabinete, eliminando ministerios, secretarías o subsecretarías; organismos descentralizados o quizás algunas de las más cuestionadas empresas del Estado. Si es así, ajustaría gastos y quizás podría retener a los más estrechos colaboradores.
Transparencia y gestión
Otra de las demandas que dejó planteado el resultado de las elecciones del domingo 26, fueron explicitadas por Fuerza Patria, línea interna que ganó un diputado. En un comunicado de prensa pide al gobierno mostrar “ética, transparencia y capacidad de gestión” porque se necesita “aire nuevo, decisiones valientes y funcionarios que estén al servicio del pueblo, no de los privilegios. Las urnas no avalan continuidades vacías, reclaman cambios profundos”.
La petición de este sector aparece cuanto más que ambiciosa porque si bien el Gobierno -del que Fuerza Patria es parte- podría responder al reclamo, pero va a ser difícil, aún con cambios profundos en el gabinete y en el rumbo de la gestión incluyendo la transparencia, porque existe una porción importante del electorado riojano que descree, ataca y desconfía, de funcionarios y políticos, a veces con fundamentos y otros solo por odio al pensamiento del otro.
EE. UU. mandó los dólares
El gobierno nacional alcanzó un más que importante apoyo de una mayoría del electorado argentino, algunos consideran que para ello fue necesario el explícito apoyo norteamericano. Sin embargo, los dólares que llegaron desde EEUU, una de las causas del triunfo, ya no están en el país, según el análisis de los especialistas.
Cabe recordar que previo a las elecciones de medio término del pasado 26 de octubre, el gobierno de Estados Unidos -a través de su Tesoro- sorprendió al mercado financiero argentino al intervenir de manera directa comprando pesos y en contrapartida inyectar dólares.
Este comportamiento implicó un verdadero rescate al gobierno nacional ante la escasez de divisas para continuar manteniendo su política de dólar “bajo” o “achatado” con la que, además de la recesión económica generada por la caída del consumo, se procura controlar la inflación.
Sostener estas políticas provocó un persistente drenaje de dólares que consumió los del superávit de la balanza de pagos (exportaciones menos importaciones) que existía, los obtenidos en el blanqueo de capitales, los últimos préstamos del FMI y de otros organismos multilaterales, los “dólares del colchón”, entre otros, generando un incremento del endeudamiento externo y una gran vulnerabilidad económica.
En estas circunstancias “apareció” el gobierno de Estados Unidos con su rescate, para lo cual acuerda con las autoridades argentinas una operación de swap (intercambio de monedas) por U$D 20.000 millones, por la agudeza de la escasez de dólares sumado a la urgencia electoral provocó la intervención directa en el mercado de divisas local del secretario del Tesoro norteamericano Scott Bessent comprando pesos e inyectando dólares.
Sobre la operatoria no hubo comunicados oficiales resultando muy poco clara respecto a la cuantía y las condiciones con las que se aceptó. Según operadores experimentados del mercado, de la observancia de balances de organismos se estima que la compra de pesos fue por una suma equivalente en dólares de entre 1.200 y 2.000 millones en el transcurso de varias ruedas.
El esquema habría operado de la siguiente manera: los dólares ingresaban al Tesoro argentino con los que podía seguir interviniendo en el mercado de divisas y los pesos que recibía el gobierno norteamericano se los habría entregado al Banco Central a cambio de un documento (Letra) con más un interés del cual no se conoció porcentual.
¿EEUU se llevó sus dólares?
Continuando con lo publicado por los especialistas en estos días, el gobierno norteamericano habría recuperado sus dólares infiriéndose la obtención de una ganancia cercana a los U$D 200 millones en pocos días. Se estima que de este modo comenzó a tener ejecución el swap acordado.
La precariedad e insustentabilidad de las finanzas nacionales continúa y está lejos de superarse con las políticas vigentes. El endeudamiento externo alcanzó un nivel de imposibilidad de pago por lo que el riesgo a un default cobra realidad si no continúa el apoyo de Estados Unidos.
Ratifica la insustentabilidad de las políticas según lo esbozado en el proyecto de Presupuesto para el ejercicio 2026 recientemente presentado al Congreso Nacional, a lo que se sumaría la pronta elevación de un proyecto de ley de reforma tributaria donde uno de sus ejes sería la reducción de impuestos.
De ser ley estos proyectos habrá continuidad de ajustes fiscales que se extenderán a La Rioja más el endeudamiento que seguirá acumulando el país.