
07/04/22
Realizar un diario de vida ilustrado permite documentar experiencias y apreciar las pequeñas cosas cotidianas, también plasmar sentimientos e ideas como una nueva manera de expresar la creatividad. En dos meses y medio Alicia rellenó las 80 páginas de su cuaderno como una forma de entrenar su habilidad para el dibujo y de conectar con su esencia, disfrutando del autoconocimiento y siendo más consciente de aquello que la rodea.
Los diarios ilustrados podrían ser considerados como un subgénero dentro de los diarios personales, los cuales nacen de la necesidad de expresarse, de materializar los estados de ánimo. Elaborarlos requiere de una práctica diaria y consciente que invita a la inspiración, de una pausa para apreciar el momento presente, priorizando la salud mental y el bienestar emocional.
Maravillosos medios para explorar, crear y expresarse sin preocuparse por el “qué dirán”, en los diarios de vida ilustrados se dibujan las vivencias, los pensamientos y/o sentimientos diarios y a mucha gente le gusta complementar esos dibujos con títulos, frases, notas o con un vistoso “lettering”.
Los gustos musicales, los viajes, los cumpleaños, los momentos compartidos con amigos o el recuerdo de aquellos que ya no están se ven reflejados de una forma narrativa, con un estilo y un lenguaje visual muy personales.
Afrontar la página en blanco con la mente abierta, mirando al mundo con nuevos ojos, es la tarea que llevó adelante Alicia Carreño durante 80 días para completar su primer diario ilustrado.
Profesora de Artes Visuales (profesión que nunca ejerció), referente cultural de la “Fundación OSDE”, emprendedora y creativa por naturaleza, en esta oportunidad dialogó con INVOX para relatar su experiencia como ilustradora y explicar los métodos y materiales que incorpora en su trabajo para expandir su creatividad, y encontrar así su propia forma de representar. También compartió qué fue lo que la inspiró para sumar a su vida el hábito diario de dibujar.
“Desde siempre me gusta dibujar pero de grande me metí más de lleno a pintar y mostrar lo que disfruto hacer. Tengo un micro emprendimiento de objetos, llamado ‘Agüita fresca’, en los que aplico mis diseños, es donde vuelco mis creaciones. Eso me permite sostener esta pasión por el dibujo, comprar materiales y acceder a cursos y talleres. Mis ilustradores favoritos son Ana Victoria Calderón, Ana Santos, Maru Godas, Adolfo Serra, ‘Maitena’, ‘Quino’, Fontanarrosa, César Carrizo y Amalia Torres, entre otros”, comentó la entrevistada, quien también disfruta de leer, tejer, hacer cerámica, viajar, aprender cosas nuevas y ver películas y series.
Sobre cómo inició con su flamante diario ilustrado, que plasmó en un cuaderno de 40 hojas, Alicia precisó que “lo empecé motivada por un taller que hice y que proponía el desafío de dibujar algo todos los días, también como una forma de entrenar el dibujo y a la vez estar más consciente de lo que me pasa”.
“Había visto otros diarios a través de internet que me parecieron maravillosos y que me dieron más ganas de experimentar con uno propio. Hay unos muy inspiradores, por ejemplo, los de viaje de José Naranja, los de Katte Sutton”, expresó.
Disfrutar más allá del resultado
Abrazar la ilustración de un diario de vida como una manera de expresión creativa libre significa olvidarse de la presión de hacer algo “bonito y perfecto”, dejando atrás la idea de “yo no sé dibujar”. Para llevar adelante este desafío personal no se necesita tener una experiencia previa en el dibujo, aunque sí puede ser una gran alternativa para practicar y mejorar las habilidades de quienes ya dibujan.
“Para iniciar un diario ilustrado no hace falta saber dibujar, es simplemente buscar la forma de plasmar lo que nos pasa, bajarlo al papel y disfrutar del momento. Se debe contar con un lindo cuaderno, elegir el papel ideal y pensar qué materiales se van a usar, por ejemplo, si se van a emplear acuarelas el papel tiene que ser grueso y resistir el agua”, explicó Alicia. “También se debe destinar un momento del día para entregarse a la tarea. La idea es disfrutar del proceso más allá del resultado. En mi caso cada día tuve que pensar qué iba a plasmar en el diario, es un ejercicio para estar más en el presente, que creo que es el único tiempo real que tenemos pero que en general no sabemos aprovechar porque vivimos enganchados con el futuro o con el pasado”, añadió.
Al ser consultada acerca de cuántas horas dedicó a su diario la ilustradora, aficionada a dibujar personas, captar sus rasgos y reflejar sus emociones mediante trazos simples, indicó que “como fueron momentos de disfrute no los cronometré, solo me dejé llevar, algunos días dibujé solo media hora y en otros le dediqué más de tres horas. El desafío era dibujar algo cada día, el 9 de marzo finalicé con un cuaderno que empecé el 28 de diciembre, cumpliendo a rajatabla con el desafío”.
La autora del diario fue, durante dos meses y medio, una espectadora de sus emociones y pensamientos. En la charla con INVOX subrayó que “hay cosas que me cuesta expresar, por supuesto, pero resultó interesante buscar la forma de hacerlo. En las páginas del diario intenté reflejar lo que me pasaba en el día, otras veces le dediqué una página a alguien que quiero y o que cumplía años, por ejemplo. También plasmé una reflexión, lo que me preocupaba o motivaba”.
“Hacerlo cada día me ayudó a generar un hábito de trabajo, a estar más consciente de lo que me pasaba, y también a entrenar en el dibujo y a experimentar con nuevas técnicas. Los textos fueron un complemento espectacular para ayudarme a expresar una idea, además de que juegan un papel importante en la composición, pero aplicarlos es algo que aún estoy aprendiendo”, manifestó.
Durante su proceso de creación Alicia fue experimentando con distintos materiales y con las posibilidades que ellos le ofrecían. Empleó marcadores, acuarelas, lápices de colores, microfibras, gouache y témperas, acrílicos.
Para rememorar
Finalizando la entrevistada hizo referencia al destino de su primer diario de vida ilustrado, una poderosa referencia visual que le permitirá recordar eventos en el futuro.
“Lo pondré en mi biblioteca y en un tiempo volveré a hojearlo para recordar esos momentos. Espero que cuando yo no esté mis hijos y nietos puedan tener una idea de cómo fueron mis días y de lo que disfrutaba hacer. Tengo pensado empezar otro cuaderno con el mismo hábito de realizar algo cada día pero no sé aún cuál será el hilo, tengo muchas ganas de experimentar con collage y con técnicas mixtas más amplias”, resaltó.
“Fueron muy gratificantes y sorpresivos los comentarios luminosos que aparecieron cuando empecé a publicar en las redes sociales mi diario. Lo que más me emocionó fue que hubo personas que entendieron la importancia de expresarse mediante el dibujo y en un diario como una forma de estar más conscientes y conectados con las propias vivencias, porque tiene una dimensión terapéutica”, concluyó Alicia con complacencia.
Beneficios de narrar las propias experiencias
En resumen, los diarios ilustrados tienen muchos beneficios:
* Reducen el estrés y la ansiedad.
* Mejoran las habilidades narrativas y de dibujo.
* Ayudan a lidiar y procesar emociones complejas.
* Crean recuerdos vívidos.
* Conectan con la vida diaria.
* Ayudan a que las ideas creativas fluyan más fácilmente.
* Mejoran el estado mental.
* Brindan una forma original para ver e interpretar vivencias.
* Invitan a experimentar con diversos medios y técnicas