
La feligresía riojana participó de la peregrinación en el barrio San Román y la celebración de la misa en honor al santo patrono del pan y el trabajo.
Como cada 7 de agosto, se realizaron las festividades en honor a San Cayetano, el patrono del pan y el trabajo. En La Rioja, la peregrinación con la imagen del santo recorrió el barrio San Román y culminó en la capilla con la celebración de la misa.
San Cayetano desempeñó un papel fundamental en la Iglesia Católica, especialmente en lo que respecta a la caridad y la atención a los más necesitados. Su vida y enseñanzas inspiraron a muchos a seguir su ejemplo y dedicarse al servicio de los demás. La institución católica ha reconocido oficialmente su santidad, canonizándolo en 1671.
Su legado ha trascendido el tiempo y el espacio. Hoy en día, numerosas organizaciones católicas llevan su nombre y trabajan en favor de los pobres, los desamparados y los marginados de la sociedad. Además, su influencia se hace evidente en la labor de los sacerdotes y religiosos que se inspiran en su ejemplo para guiar a las comunidades parroquiales y brindar apoyo espiritual y material a quienes más lo necesitan.
En muchos lugares del mundo, se celebra su día el 7 de agosto, donde los fieles acuden a las iglesias para pedir su intercesión y bendición en asuntos relacionados con el trabajo, la salud y la provisión de sus necesidades.
En nuestro país, su festividad es la segunda en importancia, después de la veneración a nuestra madre, la Virgen de Luján. Cada 7 de agosto, miles se congregan de las parroquias que están bajo la insignia de este santo para pedir por su intermediación.
Según una leyenda popular, un campesino de principios del siglo xix pasó frente a una imagen del santo camino a su casa. Venía de tener un mal día en sus campos de trigo, donde no había podido cosechar nada debido a una sequía que lo abrasaba todo desde hacía meses. El hombre se bajó de su carreta y le rezó a aquella imagen, pidiéndole que salvara sus trigales y dejándole como ofrenda unas pocas espigas que había logrado recolectar.
Le prometió a Cayetano que si recordaba su pedido difundiría su ayuda y daría a conocer quién era. Antes de que llegara a su casa se desató una tormenta, y el anónimo se dejó empapar por aquella bendición y por su promesa.
La difusión del milagro de los trigales fue tan grande que sus fieles comenzaron a ofrecerle el origen del pan, y pasó a ser conocido como el patrono del pan y el trabajo, sólo en Argentina, ya que el santo del trabajo en el resto del mundo es San José.
San Cayetano, ha dejado una marca profunda en la institución religiosa. Su vida de entrega, caridad y servicio a los menos favorecidos continúa siendo un ejemplo para todos los creyentes.
Que la figura de San Cayetano nos inspire a vivir con caridad, compasión y generosidad, y a buscar siempre el bienestar de nuestros hermanos en Cristo.